El futbol se convirtió en la mejor opción para un niño que tan inquieto como travieso. Con el paso del tiempo, esa decisión cambió no sólo la vida de aquel pequeño de seis años sino la de toda su familia. Diego Reyes convirtió este deporte en el modus vivendi de su familia, que por cierto, auguró un futuro brillante para el ahora defensor del Porto.
Diego Reyes llegó a la sesión acompañado de su familia, don Rafael, su madre Eva, su hermana Pamela y su primo Ricardo, a ellos les mostró la playera que defenderá dentro de seis meses y vistió por primera vez ante los piropos de sus padres que causaron en él una gran sonrisa.
“No estaba en nuestros planes (que se dedicara al futbol), pero desde que empezó a jugar a los seis años convirtió nuestros fines de semana en futbol, nunca pensamos que fuera a ser profesional porque lo veíamos como la disciplina que necesitaba porque era muy inquieto y queríamos que de alguna forma sacara esa energía.
“Y eso nos fue llevando hasta ahora, incluso su mamá no aceptaba mucho la idea del futbol, pero después se involucró de tal manera que gran parte de lo que ha logrado Diego es gracias a su mamá y a su hermana que siempre han estado ahí”, dijo Rafael Reyes, padre del defensor, quien además uguró un futuro brillante para su hijo.
“Diego no tiene límites, llegará hasta donde quiera porque así ha sido educado desde pequeño, seguirá con esa disciplina, las ganas de lograr las cosas, le gusta mucho lo que hace y cuando eso pasa te vas superando, aprendes y logras las metas y objetivos que te fijas en la vida y estoy seguro de que va a trascender en un futbol distinto al de México para lo que se va a preparar físicamente, sobre todo, pues la técnica la tiene”, agregó.
Su madre, la señora Eva, recordó el llanto que le provocó Diego cuando le vio con esa medalla de oro colgando de su cuello, pues además de cumplir muchos sueños, había representado de la mejor forma a su trabajo, su familia, a su país.
“Estamos muy orgullosos, es uno de sus grandes sueños y lo está haciendo realidad gracias a Dios, a su esfuerzo, su trabajo, su tenacidad. No ha sido sencillo, pero los frutos han sido magníficos. Recuerdo que alguna vez lo dejé en una concentración con la Sub 15 y sentí que iba a hacer algo muy importante, en ese momento no sabía que tan grande, pero lo sentí, y después se fueron cumpliendo esos anhelos”, agregó.