Este lunes 20 de diciembre se llevó a cabo la FIFA Global Summit, una junta virtual a la cual atendieron 207 de las 210 asociaciones miembro elegibles de la FIFA. Se presentaron dos estudios realizados por parte de Nielsen y OpenEconomics, respectivamente, que establecen los potenciales beneficios económicos en caso de realizar una Copa del Mundo cada dos años en lugar del formato actual de cuatro años.

¿Evolucionar o estancarse?

El primer estudio (Nielsen) establece que un Mundial cada dos años le traería alrededor de 4.4 billones de dólares en ingresos durante los primeros cuatro años. Mismos que supuestamente serían distribuidos entre las 211 asociaciones miembro.

Dichos ingresos adicionales permitirían incrementar los fondos de solidaridad de 6 millones de dólares por ciclo (en la actualidad) a 25 millones de dólares por asociación en los primeros cuatro años.

De acuerdo a las palabras de Gianni Infantino, presidente de la FIFA, la intención es unir la brecha entre las asociaciones miembro y darles una oportunidad “más realista” de competir en un escenario de talla global.

El estudio también concluyó que si las confederaciones cambiaran sus torneos a un ciclo bienal se obtendrían ganancias de 6.6 millones de euros en los primeros cuatro años. Mientras tanto, el estudio de OpenEconomics concluyó que pasar a un formato de cada dos años en el futbol varonil produciría una ganancia en el PIB del país sede, con 180 billones de dólares en un periodo de 16 años y generaría dos millones de trabajos de tiempo completo.

El máximo mandatario de la FIFA, Gianni Infantino, expresó que: “una Copa del Mundo cada dos años, genera oposición, pero lamento que el 90% de esta oposición es de carácter emotivo, no se basa en hechos, en análisis”.

Haciendo referencia a aquellos detractores de que se realice un Mundial cada dos años en lugar de cada cuatro. La propuesta bienal de la Copa del Mundo cuenta con el respaldo de figuras de la talla de Arsene Wenger y Jill Ellis, con el objetivo de “optimizar el futuro del futbol” y “priorizar el bienestar de las y los jugadores”. La FIFA planea realizar futuras consultas con las confederaciones y asociaciones, a principios del 2022, para revisar a profundidad dichos estudios.