La efectividad pudo más que las ganas. El dominio quedó corto ante el sistema. Las distancias no se borraron en la Liguilla, y si todo sigue la lógica, el segundo general firmará el domingo su pase a las Semifinales eliminando al séptimo del torneo de Apertura.
Monterrey cayó este jueves como local 0-1 ante los Xolos, en el duelo más parejo hasta ahora de los Cuartos de Final, pero a la vez en otro partido que marca una brecha a favor del que mejor hizo las cosas en el Torneo Regular, y en un resultado que deja mortalmente herido al plantel neolonés.
Un cuadro tijuanenes aplicado por nota supo tener paciencia para fulminar a unos Rayados sin variantes, para asestar el resultado que les abre la puerta para festejar en su casa en el juego de Vuelta. Bastó sacar el colmillo, raspar al rival y apelar al cronómetro para asentar que este semestre los papeles se invirtieron. A diferencia de abril, el mandón está en el banquillo canino.
Fueron 86 minutos de contener, de destruir, de desesperar a un frágil conjunto regiomontano, para a cuatro de final romper el consuelo del cero en su marco, al marcar Greg Garza una jugada tan fortuita como justa.
Ahora el resultado pone al cuadro de Mohamed con un pie en la siguiente ronda, ya que avanzará ganando, empatando, o hasta perdiendo por 1-0. La Pandilla ahora requiere ganar por dos goles, o bien por uno de diferencia a partir del 2-1, tomando en cuenta que el criterio de desempate es el gol de visitante.
El frío de la noche regia quedó corto para el hielo que hizo vivir el cuadro fronterizo a los albiazules, que siempre encontraron dos bloques de 4 y 5 elementos para estorbar sus esfuerzos.
Sin Humberto Suazo por lesión, Vucetich tuvo que echar mano del vituperado Ángel Reyna, quien sin embargo jamás pudo gravitar en el partido, en gran parte por el mérito del rival.
Uno tras otro los arribos de La Pandilla murieron entre un bosque de piernas rivales, y sin alcanzar la intensidad del rival, y anulado en su creatividad, fue cuestión de tiempo para que el cometido se cumpliera y los visitantes se llevaran la escena que buscaron.
El primer tiempo dejó poco para rescatar, y apenas lo más sobresaliente fue un polémico gol anulado al cuadro rojo, luego de que se marcó un fuera de lugar de Javier Gandolfi, en un balón que acabó empujando Duvier Riascos al 33′.
El complemento mantuvo el mismo ejercicio con la posesión del lado local, aunque sin inventiva ni chispa para taladrar la perrera.
La más clara que tuvo Monterrey llegó al 61′, cuando De Nigris recibió de espaldas y disparó con potencia de media vuelta, pero Cirilo Saucedo mandó a tiro de esquina, lo que parecía el celestino para la tribuna.
La Pandilla tomó la iniciativa en arriesgar, y al 75′ sacó a Neri Cardozo para ingresar a Luis Madrigal, quien quiso sumar volumen en el área, pero muy desabastecido de balones.
Los Xolos contaron apenas cuatro disparos a la meta regia, pero bastó que uno fuera letal para cambiar la historia. Todo ocurrió al 86′, cuando luego de una serie de rebotes y una presunta falta que no se marcó sobre Ayoví, Duvier Riascos pateó desde la media luna, Mier desvió sacando a Orozco de la jugada, y Garza llegó para empujar en el área chica, en el gol que premió toda la aplicación del plantel visitante.
Monterrey se fue con todo en los instantes finales, y más allá de recibir cinco minutos de alargue mantuvo la misma incapacidad ofensiva para sellar el resultado que pone la fiesta en la frontera y que obliga a un campanazo para revertir lo que parece sentenciado.