Ramón Enrique Maradiaga, el famoso “Primitivo”, exDT de la selección de Honduras, pudo dirigir en México, específicamente al León, ya que en entrevista con Mediotiempo aseguró que el entonces presidente de La Fiera, Roberto Zermeño pidió hablar con él, pero el hondureño se negó ya que el equipo guanajuatense tenía como técnico al argentino Carlos Babington.
Fue en noviembre del 2001, cuando Primi se encontraba en la Ciudad de México como DT de la Selección de Honduras. Esa noche la selección catracha perdió 3-0, pero llegó hasta el vestidor el entonces dirigente del León.
“Sí hubo y no sé si fue real o no, pláticas con el que era presidente del León, Roberto (Zermeño). Pláticas de ir a dirigir al León, inclusive cuando se nos gana 3-0 en México él llegó al camerino y me dijo que me quedara, que él iba a correr con los gastos para que yo pudiera seguir al equipo.
Estaba (Carlos) Babington con el equipo y le dije ‘no, mientras haya un entrenador yo no me presto para esto, cuando no esté el entrenador me habla y no hay ningún problema”, recordó.
“Esa fue la única posibilidad, porque él llegó al camerino y pidió hablar conmigo, pero después no más”. Babington dirigió a La Fiera del 2001 al 2002, y Maradiaga no llegó después, estando el futbol mexicano en su lista de deseos para ser entrenador.
“Es un sueño que tengo permanentemente que si Dios me da vida y me pone en el pensamiento de algún dirigente del futbol mexicano, pues indiscutiblemente sí buscaría aprovechar se gran momento, todo es de paciencia, de esperar esa oportunidad, pero sí sueño con poder estar dirigiendo en el futbol mexicano”, añadió el estratega.
Primitivo Maradiaga y su acercamiento con la Volpe
En sus distintas visitas a México, Maradiaga recuerda una en especial cuando siguió por una semana a Ricardo La Volpe, entonces entrenador del Toluca, previo a tomar la Selección Mexicana, un encuentro que para Primi fue temeroso por la reputación del Bigotón.
Recordó que fue larga charla junto a José Guadalupe Cruz en un restaurante donde La Volpe, fiel a su costumbre, usó los saleros y demás objetos de la mesa como parte de su análisis táctico.
“Sí, la verdad que cuando me invitó un amigo hondureño de ir a ver a Toluca después de la Eliminatoria, al principio tenía cierto temor por lo que había visto en algunas entrevistas que le hacían a él que era medio gruñón, con cierto temor me le acerqué y eran como la 1 y media de la tarde, nos dijo ‘nos vemos 3 y media o 4 en tal restaurante’, y nos fuimos con mi amigo y Guadalupe Cruz.
Estuvimos desde las 4 o 5 de la tarde hasta casi las 10 de la noche hablando solamente de futbol, fue muy enriquecedora, lo seguí una semana y quedó una bonita relación”, reconoció.
Después, dirigiendo a Guatemala, se topó con La Volpe al frente del Tri previo al Mundial de Alemania 2006.