La NFL asegura que está haciendo lo posible por evitar las conmociones cerebrales, pero el domingo tres quarterbacks titulares tuvieron que salir de los encuentros por ese problema.
Y lo que es peor, los equipos admiten que quizá no manejaron bien los casos.
Michael Vick, de Filadelfia, recibió dos fuertes impactos antes de salir del partido, Jay Cutler, de Chicago, permaneció ocho jugadas después de un brutal golpe del linebacker Tim Dobbins.
“No arriesgaríamos a nadie porque ningún partido es tan importante”, dijo el entrenador de los Osos, Lovie Smith. “La salud siempre será lo primordial para nosotros”.
El entrenador de San Francisco, Jim Harbaugh, dijo que su quarterback Alex Smith lanzó un pase de anotación con la visión borrosa seis jugadas después de haber sido golpeado por el linebacker de San Luis, Jo-Lonn Dunbar.
“No debió estar ahí con la vista nublada”, admitió Harbaugh. “Pensamos que se le pasaría, pero como no, fuimos con el suplente”.
Pero la jornada del domingo no sólo incluyó a esas tres figuras. Además, los Bills de Buffalo informaron ayer que su corredor Fred Jackson sufrió una y no jugará el jueves ante Miami.
Jackson sufrió la conmoción en la última serie del partido ante Nueva Inglaterra.
“No sé si es una conmoción o cómo lo llamen, a mí nadie me dijo nada”, dijo el entrenador de los Bills, Chan Gailey.
La NFL ha dicho que ha invertido más de 100 millones de dólares en investigar la forma de proteger mejor a sus jugadores de estas lesiones.
“Nos estamos asegurando de proteger a los jugadores de la mejor manera posible y que se manejen adecuadamente”, afirmó el vocero de la NFL, Greg Aiello.
En el juego de lunes por la noche, donde Pittsburgh le ganó el partido a los Jefes de Kansas City 16-13, otro mariscal estrella, Ben Roethlisberger, salió con lesión en el hombro y no se sabe cuantas semanas estará fuera.