Cruz Azul tuvo una perfecta oportunidad para demostrar que es un serio candidato al título en la Liguilla y la desaprovechó: no pudo vencer al Monterrey y lo dejó vivo aunque ya calificado y los celestes demostraron una vez más que su juego es inconsistente y vulnerable.
Por historia de los últimos años, cuando Cruz Azul necesita ganar y tiene la presión de hacerlo, no lo hace y falla. Este sábado era el escenario ideal para eliminar a los Rayados, uno de los equipos que si entra en la Liguilla son de los experimentados y serios candidatos para ser campeón. Pese a esto, con el empate a un gol, los celestes consiguieron su pase.
La Máquina tuvo primer tiempo con juego ofensivo, creó llegadas de gol, controló el balón, dañó a Monterrey, le metió un gol pero no lo liquidó por las atajadas del portero Jonathan Orozco, quien fue la figura.
Al 23′, Javier Aquino puso un centro al área directo a la cabeza de Christian ‘Chaco’ Giménez quien remató certero y directo para anotar el gol. Esa fue la mejor etapa para los celestes quienes con la ventaja buscaron el segundo tanto.
Los celestes dejaron vivos a los Rayados y en la última jugada el primer tiempo, en un tiro de esquina, Mariano Pavone marcó mal a Aldo de Nigris y éste de cabeza empató al 45′.
El juego se trabó en el segundo tiempo. Cruz Azul se conformó con el empate que les aseguraba la Liguilla, mientras Monterrey padeció la baja de Humberto Suazo, quien es su cerebro en el ataque y su hombre más peligroso, y fue poco efectivo en la delantera; se terminó el torneo regular y Cruz Azul está de nuevo en la Liguilla.
No llega como el súper favorito como en otras ocasiones y espera que con ese perfil bajo termine la sequía de títulos que en diciembre llegará a 15 años.