El cantante puertorriqueño Ricky Martin rompió las cadenas que lo ataban y ya libre, entregó al público su ‘Música-alma-sexo’ en el concierto que ante unas 10 mil personas ofreció la noche del miércoles, como parte de su tour mundial, mismo que está por concluir.
En el marco de la tradicional celebración por el Día de Muertos en este país, la “Bomba Latina” no escatimó en recursos para ofrecer un show de primer nivel, como tampoco en esfuerzo para cantar, bailar y encantar a quienes abarrotaron el majestuoso Auditorio Nacional de la capital mexicana.
Arrancó su presentación de 20 temas, poco después de las 20:30 horas con la proyección de un video en el que se le ve liberándose de unas cadenas que lo ataban.
Detrás de la cortina de pantalla, ya se encontraba el boricua sobre una enorme estructura de metal de tres niveles y nueve jaulas para cantar ‘Será, será’. Tras dejarse caer de una altura aproximada de cinco metros sobre sus ocho bailarines, interpretó: ‘Dime que me quieres’ (‘Bring a little lovin’).
‘It’s alright’ continuó en su repertorio, tiempo en el que ya había dado un buen adelanto de sus movimientos de cadera que hicieron delirar tanto a hombres como a mujeres.
“Muy buenas noches, ¿estamos listos para volar, cantar, pasarla bien, olvidarnos de todos los problemas del trabajo? Estoy encantado de estar acá. Tengo 10 meses de gira, estamos en la recta final y, definitivamente, tenía que volver a esta increíble ciudad, mi segundo hogar.
“Lo único que tengo que decirles es que voy a dejar mi alma, mi pasión, mi entrega, mi todo en este escenario para ustedes esta noche”, expresó a manera de saludo para iniciar con ‘Vuelve’, que fue coreada de principio a fin por los presentes; incluso, en tres ocasiones, pidió al público que mejorara su interpretación.
En el segundo de cuatro actos en que se dividió su espectáculo, se proyectó un video con el testimonio de un joven bailarín que confesó haber sido rechazado al inicio de su vida debido a sus preferencias sexuales.
Fue el preámbulo para arrancar uno de los segmentos más movidos de la noche a través de ‘Livin, la vida loca’, y ya con el tercer cambio de vestuario. Portaba un elegante traje negro con blanco y zapatos del mismo tono.
Fue tal la rapidez con que el showman se cambió, que olvidó subir la bragueta de su pantalón. Sus fans más cercanos al escenario se lo señalaron provocando las carcajadas del cantante que de inmediato puso en orden su atuendo y siguió bailando.
Acompañado de ocho bailarines (mujeres y hombres), la estrella de la música en español lució sus mejores pasos a ritmo de ‘She bangs’ y ‘Shake your bon bon’, aunque ambas las interpretó en inglés.
Un tercer video con las palabras de un hombre de raza negra que ha sido discriminado por ello, fue la introducción para ‘María’, melodía en la que Ricky Martin provocó a sus seguidores con sus contoneos y mostrando a esplendor su perfecta anatomía y condición física.
Mostrando sus tatuajes en los brazos, ya con un cuarto cambio de vestuario y sentado sobre unos bancos al lado de tres de sus músicos y sólo un corista que lo acompañó durante toda la velada, interpretó ‘Tu recuerdo’ y un medley compuesto de ‘El amor de mi vida’, ‘Fuego contra fuego’ y ‘Te extraño, te olvido, te amo’.
Acto seguido, subió la temperatura de su show ante los primeros acordes de la canción ‘Frío’. Tres bailarinas arribaron al entarimado enfundadas en lencería y botas de piel con látigos para someter y dominar a Ricky Martin.
Pero ahí no acabó todo. Ante el asombro del público que no perdió detalle Enrique José Martín Morales –como es su nombre real– fue conducido sobre un sofá morado cuando ya cantaba ‘I’am’. Hasta ahí llegaron más hombres y mujeres con máscaras simulando una especie de orgía.
De nuevo, vino otra pausa y tras ella, contagió su ritmo ejecutado por ocho músicos, mediante ‘Más’ y ‘Lola Lola’, ‘La bomba’, ‘Pégate’ y ‘Por arriba, por abajo’.
En esta última pidió a los miles de asistentes lo siguieran en la coreografía para ver desde qué tribunas del recinto lo hacían mejor: derecha, izquierda, al centro, arriba. “¡Seguimos, paramos!”, exclamaba el boricua mientras la fiesta continuaba.
“La impresión que se están llevando mis compañeros no es la mejor de México. Yo quiero que demuestren en realidad cómo se hace la fiesta en esta ciudad, demuestren lo que son los mexicanos a toda mi gente que viene de Nueva Zelanda, Australia, Italia, Grecia, Francia, Canadá y por supuesto. Puerto Rico”, decía el artista.
“México, muévelo”, exclamaba a ritmo de batucada. De esta forma, ya sonaba ‘La copa de la vida’.
“Muchas gracias por su amor, por su cariño, por esas miradas y esas sonrisas. Los quiero mucho. Hasta la próxima, cha, chao”, se despidió, aunque tuvo que regresar de nuevo al escenario y complacer a sus fans con el éxito ‘Lo mejor de mi vida’.
“El mensaje ha sido de amor, pero sobre todo, de igualdad. Aquí, tú y yo somos iguales, esto es bien fácil. Aquí yo no soy mejor que tú, pero tú tampoco eres mejor que yo, todos somos iguales, igualdad para todo el mundo. Hasta la próxima”, finalizó el ídolo de 39 años.