El Rebaño hizo viajar a su mejor refuerzo más de 10 mil kilómetros, para salvar el torneo de Liga y la Copa de Campeones de Concacaf. Johan Cruyff se encuentra de regreso en Guadalajara, y cual pastor celestial, intentará iluminar a un Rebaño perdido; el creador del ‘Futbol total’, además de asesor y amuleto de Chivas, también jugará su parte desde un palco desde donde espera que los rojiblancos le ganen al Xelajú y el domingo al Atlas, pues de lo contrario, el semestre habría terminado para el equipo.
En el entorno del Guadalajara no existe el mañana. Hoy, ante el Xelajú de Guatemala, las Chivas se juegan la vida, el orgullo y su historia en competencias internacionales ante un equipo débil en nómina, plantilla y jerarquía, pero que con argumentos en la cancha puede eliminar al Rebaño en la etapa de grupos de la Liga de Campeones de Concacaf.
Hoy, a las Chivas no les basta con ganar; el equipo tendrá que hacer un mayor esfuerzo, pues su eliminación se encuentra en juego y, además, un invicto histórico, pues el Rebaño nunca ha perdido en casa en torneos de la Concacaf.
El Guadalajara viene de una derrota dolorosa que casi los elimina del torneo de Liga; ahora quieren evitar pasar una semana de vergüenza, pues de ser eliminados de la Concacaf Liga de Campeones, esto representaría uno de los peores años de la institución; además de la puntilla para el proyecto holandés que encabeza Cruyff y que, simple y sencillamente, no camina, luego de cinco meses de trabajos con el estratega John van’t Schip.
El marcador de 2-1 a favor de los tapatíos no les servirá, pues el Rebaño empataría el global a dos goles, ya que el juego de Ida fue ganado por los Chivos guatemaltecos 1-0 y la anotación de visitante marca la diferencia en los criterios de desempate, lo que le daría el boleto al Xelajú.