Dolor, humillación y despedida. El Tri Femenil le dijo adiós a Azerbaiyán luego de ser una presa fácil y tímida ante el poderoso Japón, que en ningún momento mostró piedad y con un escandaloso 9-0 despedazó al cuadro mexicano en el Mundial Sub-17.
México, comandado por Christopher Cuellar, necesitaba el triunfo para soñar con la siguiente ronda y la misión fue suicida. El nivel entre niponas y mexicanas está marcado por años luz y para muestra un botón: 58% de posesión, 26 disparos y 7 córners para las niponas; mientras que las aztecas sacaron un solo disparo –y muy desviado-, no lograron ni un solo tiro de esquina y repartieron 13 faltas, dos de ellas sancionadas con la cartulina amarilla.
Risa Shimizu fue la encargada de abrir la pizarra en el Estadio Shafa de Bakú apenas al minuto 8’. A partir de ahí todo fue una fiesta asiática y el dolor azteca comenzó.
Una marcación rigorista al 18’ dentro del área mexicana significó el 2-0 gracias a la conversión de la pena máxima a cargo de la Capitana Narumiya.
Después fue el turno para Shiraki e Inoue -ambas se despacharon con doblete-. Sugita, Momiki y Nakamura se unieron a la masacre con goles de alta manufactura que le hicieron la vida imposible a la arquera mexicana Gabriela Paz. Todo México se dedicaba a defender, pero era inutil.
Así, Japón firmó su pase a Cuartos de Final de forma excelsa con 17 goles a favor y ninguno en contra. Mientras que las jugadoras mexicanas, que no pudieron evitar las lágrimas y el profundo desconsuelo tras el silbatazo final, ya preparan las maletas de regreso tras vivir una de las peores humillaciones en Mundiales. El precio de la experiencia fue muy doloroso.
El saldo en este Mundial Femenil Sub-17 para el Tricolor fue de una victoria ante Nueva Zelanda, un tropiezo ante Brasil por la mínima y la humillación ante el favorito del torneo.