Lamar Jackson todavía recuerda la dolorosa derrota que sufrió su equipo, con él al mando, en la ronda de comodines del año pasado ante de los Cargadores de Los Ángeles; sin embargo, más allá de ver los fantasmas de aquella noche, el quarterback de los Cuervos de Baltimore ha logrado madurar y llevar a la franquicia al punto de ser el favorito para ganar el Super Bowl.
“Hemos tenido un gran año, y sólo tenemos que mantenerlo. Como dije, quiero un Super Bowl, así que no estoy realmente preocupado por aquel primer partido de playoffs. Esa fue mi temporada de novato”, manifestó ayer, a unos días de volver a los emparrillados para enfrentar a los Titanes en la ronda divisional.
Jackson reconoció que esa caída le trajo momentos complicados apenas iniciada su carrera, pues ese fue apenas el octavo duelo que arrancó de titular.
“Realmente la odié”, señaló Jackson sobre aquella derrota. “No puedo esperar para jugar esta semana. Entonces, ya no quiero hablar más sobre eso. Se acabó. Aquel partido me motivó mucho”.
Este año ha sido de ensueño para el jugador que fue la selección global 32 del draft de 2018. Lideró la liga en pases de anotación con 36, además de romper el récord de más yardas recorridas por tierra para un quarterback en la historia. Una de las armas más poderosas del pasador de 23 años ha sido la humildad, que mantiene tras ser la sensación de la temporada. “No soy el más grande. No soy el mejor. Sólo quiero ganar, así que sólo debo seguir trabajando”.