Los brasileños deben estar preocupados. Heredar la antorcha olímpica después de Londres le plantea a Río de Janeiro, sede de los Juegos de 2016, un nuevo nivel de desafíos no sólo en la organización, sino especialmente en lo deportivo.
Río de Janeiro observó cada detalle de lo sucedido en Londres con la expectativa de emular sus éxitos y evitar sus desaciertos.
El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes dijo que esperan revivir el ambiente de alegría y la organización ejemplar de 2012 cuando la antorcha olímpica llegue a la antigua capital de Brasil, celebrada por su belleza natural y su gente acogedora, pero criticada por su caos urbano y problemas de violencia.
El alcalde carioca confía que el legado de las Olimpiadas ayudará a Río a superar deficiencias actuales en infraestructura, particularmente en transporte, y aseguró que las obras de mayor alcance ya están en marcha para asegurar que estén listas antes del plazo límite.
Una de las sedes olímpicas, el Estadio Maracaná, deberá estar listo con aún más anticipación, porque servirá de sede para el Mundial de 2014 en Brasil. El histórico estadio de Río está siendo reformar para albergar la final de laCopa del Mundo.
Recordó que en 2009, cuando Río se adjudicó el derecho de organizar los Juegos, estaba lejos de contar con las redes necesarias de transporte público, como metro y tranvía, que existían con alcance limitado o solo en proyecto. Ahora están siendo construidos, ampliados y deben quedar como un legado para la ciudad. También persiste temor por la capacidad de la ciudad para poder darle alojamiento a los visitantes debido a su limitada infraestructura hotelera.
El gobierno brasileño, junto al Comité Olímpico Internacional, proyectó inversiones para los Juegos por 14.400 millones de dólares, incluyendo 2.800 millones del sector privado y el resto procedente del sector público.
Uno de los aspectos en que Londres despertó críticas fue por los asientos vacíos. Los organizadores de Río admitieron que el tema les preocupa.
El director general del comité organizador de Río 2016, Leonardo Grynerd, dijo que una propuesta que estudian para Río es calcular la ocupación de los recintos durante las competencias y ofrecer ingresos al público que quiere entrar sobre la hora.
Sin embargo, el gran desafío de los Juegos de Río es revivir la fiesta de medallas que alcanzó Gran Bretaña en Londres.
El gobierno brasileño ha invertido los últimos años entre 35 y 40 millones de dólares anuales en el programa Beca Atleta, destinado a la formación de deportistas para competir a alto nivel.
Con esto, el secretario nacional de Deporte de Alto Rendimiento, Ricardo Leyser, anticipó que Brasil podrá llegar en 2016 a 25 ó 30 medallas para situarse entre los 10 primeros países y que Londres fue un pequeño peldaño hacia esa meta.
Los Juegos de Río también verán el debut de dos nuevas disciplinas: el rugby 7 y el golf, que regresa al menú por primera vez desde San Luis 1904.