Boca Juniors se quedó con las ganas de festejar su séptimo título en Copa Libertadores porque, en vez de ello, fue Corinthians quien celebró su primer campeonato en esta competencia que, por si fuera poco, lo hizo de manera invicta y ante su gente en el Estadio Pacaembú de Sao Paulo.
El cuadro brasileño fue un hueso más que duro para roer y con un deslucido, pero histórico 2-0, consiguió hacer feliz a una “torcida” que se jacta de tener a más de 30 millones de miembros, para además confirmar que no fue casualidad haber terminado sin derrota los 14 partidos que disputó desde la Fase de Grupos y en los cuales sólo recibió 1 gol en casa, este último hasta Semifinales frente a Santos.
El cuadro “xeneize” nunca dio muestras de poderío ofensivo y más bien pareció perder la Final con el empate casi de último minuto que sufrió en la ida en Buenos Aires, donde el duelo quedó empatado a un tanto.
Los argentinos perdieron pronto a su arquero Agustín Orión por lesión y quizás se quedarán sin Juan Román Riquelme a partir del próximo semestre, pues la prensa sudamericana cree que éste pudo ser el último partido del creativo con la camiseta azul y amarilla.
Aunque no fue un partido encerrado en media cancha, el duelo tampoco lució por su espectacularidad. A cancha abierta, los dos cuadros intentaron, recorrieron con intensidad tres cuartos de cancha pero casi siempre sin profundidad.
Un trompicón entre Pablo Mouche y Chicao que derivó en tarjetas amarillas para ambos, y manotazos de Walter Erviti, fue uno de los episodios más “destacados” en el primer tiempo, aunque no tanto como el llanto de Orión.
El guardameta sufrió una lesión en la rodilla luego de un encontronazo con Leandro Somoza a la media hora de juego, que le obligó a abandonar el terreno y llegar a la banca inconsolable por perderse el partido grande y ceder el lugar al uruguayo Santiago Sosa.
Este último contuvo los embates locales al final de la primera mitad, pero ya no pudo hacer nada frente al fogonazo que soltó Emerson al 63’, cuando tras una distracción defensiva de Boca, fulminó con un remate imparable de derecha de volea.
Entre lo poco que tuvo el equipo “Xeneize” cuando estuvo en desventaja fue un cabezazo de Matías Caruzzo en el área al 71’, que contuvo bien el arquero Cassio.
Justo después de esa jugada comenzó la fiesta plena en todo el Pacaembú, donde Rolando Schiavi entregó mal una pelota en medio campo, donde Emerson robó hasta enfilarse al arco y definir a la izquierda de Sosa para el 2-0.
Tras ello, todo fue pleno dominio local e incluso burlas de Emerson a Caruzzo, al que cara a cara y con gesto provocador le recordaba que el tiempo corría hacia el primer título del “Timao”, no para el séptimo “Xeneize”.