Previo al duelo de Vuelta de Octavos de Final de la Champions League, entre Real Madrid y Atalanta, Luis Fernando Muriel es la mayor amenaza para el conjunto merengue, al ser el goleador del equipo italiano con 19 dianas en 35 partidos.

El jugador colombiano se ha convertido en la estrella de su equipo y en uno de los mejores delanteros de la Serie A, por lo que la esperanza está puesta en él para remontar el 1-0 del duelo de Ida.

Y es que Muriel ya es una figura, un delantero por el cual en 2010 Tigres no luchó, lo dejó escapar por no abrir más la cartera y atravesarse el cambio de directiva y técnico, pues se fue Daniel Guzmán para dar paso a la llegada de Ricardo Ferretti, mientras que de directivos, se fue el presidente Santiago Martínez y arribó Alejandro Rodríguez.

“Llego a Tigres y no había tanto presupuesto como para armar un equipote, nadie sabe que si hubiera tenido el presupuesto mi delantera era Chucho Benítez, Douglas Costa y Daniel Ludueña, nada más no había capital.

A Douglas Costa estaba cerca de amarrarlo, a Fernando Muriel, ya lo teníamos”, dijo en entrevista Guzmán con Félix Fernández en Instagram Live. El Travieso y su directiva tenían amarrado a Muriel, pero el pago nunca llegó y esto llevó al jugador a escuchar la oferta del Udinese de Italia, por lo que emigró a Europa, siendo su mejor decisión, ya que hoy se encuentra en aquel continente triunfando y siendo una preocupación para los blancos.

Aún así, Muriel no pierde piso, no olvida su humilde origen, en el que tuvo que vender lotería y adornos en la calle para poder salir adelante. Su padre, taxista, y el joven delantero buscaba ayudar a la economía de su familia pagándose su traslado a la escuela y entrenamientos con lo que ganaba en los cruceros, según relata el diario Marca.

El primer sueldo del colombiano sirvió para comprarle a su padre un taxi propio, ya que sabe que su éxito se lo debe al apoyo que siempre tuvo de los suyos.