Tuvieron que pasar trece años para que los Tigres volvieran a ganar en torneo regular en el Nemesio Díez. Lo hicieron con categoría, sin titubeos, con la contundencia propia de un feroz tigre que chamuscó a unos pobres diablos en el mismísimo averno, para demostrar que el súper liderato está bien custodiado.

Tras un inicio agobiante para los Diablos, el duelo cayó en un letargo; no había huecos en defensa y el tránsito del esférico era con pases cortos que buscaban el error del rival; fue precisamente Tigres quien lo encontró en una descolgada de Álvarez que terminó en tiro de Torres Nilo al poste.

Los felinos parecían haber hallado la fórmula para hacer caer al Toluca en imprecisiones, sus ataques fueron más frontales y comenzaron a disparar continuamente al arco; fue entonces cuando Dueñas regaló un balón en la salida que Tito Villa aprovechó para dejar tendido a Talavera con un pase que Juninho mandó guardar a la red.

Toluca desapareció del partido, Tigres era amo y señor de la pelota, privilegio que les permitió generar un par de opciones más frente al arco, pero la carencia de puntería y una intervención de Talavera evitaron un marcador más abultado en la primera mitad.

El complemento fue un verdadero infierno para los Diablos, la furia felina se descargó con una descolgada de Danilinho por derecha, tras un gran auto pase; sirvió el balón a Villa, quien fue trompicado en el área, y el penal lo ejecutó con categoría Lucas Lobos para ampliar la ventaja.

Toluca lucía desordenado, con más ánimos de atacar que defender, jugándosela a remontar o ser goleado, y fue en ese intercambio que Lucas Silva aprovechó un error en la marca para rematar de cabeza en el área chica el tanto de la esperanza.

Pero Tigres nunca permitió que se le fueran encima, y sobre el final del encuentro Jorge Torres Nilo desbordó por derecha, mandó un centro retrasado para que Luis García pusiera el tercer tanto. Posteriormente Emanuel Villa cerró la cuenta para erigirse como líder de goleo del campeonato.