En 2005, tras construir ladrillo a ladrillo las fuerzas básicas del Morelia y justo cuando comenzaba a disfrutar de los frutos de su esfuerzo, Andrés Lillini, hoy técnico finalista, vivió el episodio que calificó como el más difícil en su vida por la intervención de Ricardo Ferretti.  Ferretti arribó a la dirección técnica de los Monarcas para el Clausura 2005, un movimiento que afectó el trabajo de Lilini.

El brasileño quiso imponer sus ideas, la relación se friccionó y entonces la directiva purépecha, que era encabezada por Álvaro Dávila, decidió hacer a un lado al formador.   “Un día llegó un entrenador a la Primera División y las cosas no empezaron a funcionar entre él y yo y el presidente optó por quedarse con él, darle continuidad y sacarme a mí”, relató Lillini hace un par de años al canal de YouTube Historias de la Vida San José.

Señaló que a partir de ahí vivió el mes y medio más duro en su existencia, sin tener una idea clara de qué haría después de eso ni a dónde iría. De golpe se vino abajo todo lo que trabajó durante poco más de cinco años. “Eso sí fue muy traumático, se me vino el mundo abajo, tenía más o menos 31 años. Pensaba que todo lo que habíamos hecho se estaba coronando en Primera División porque habían llegado algunos futbolistas y estaban por llegar algunos más. Era el momento de disfrutar todo lo que habíamos hecho”.

La premonición de Lillini que se cumplió

El ahora técnico finalista señaló que en la fila del banco, cuando se disponía a cobrar su cheque de finiquito, una persona se le acercó para preguntarle qué iba a hacer a partir de entonces y sin pensarlo dijo que iría a Boca Juniors, lo cual era una completa mentira, pero que algunas semanas más tarde se le cumpliría gracias a que era conocido su trabajo por su labor en Morelia.