Rubens Sambueza es sin lugar a dudas uno de los referentes del América contemporáneo, un club que se ha distinguido por ser ganador en los últimos años.

Durante la era de Ricardo Pélaez, pocos fichajes han sido tan fundamentales para el éxito azulcrema como el del atacante argentino.

Fichado en el verano del 2012, Rubens llegó a Coapa con un gran signo de interrogación, pues a pesar de haber brillado en Tecos, su paso en otro equipo grande de México como Pumas, había sido intrascendente. Sin embargo, tenía toda la confianza del estratega americanista Miguel Herrera para convertirse en ídolo.

Poco a poco, comenzó a demostrar su calidad, se ganó el cariño y respeto de la afición emplumada y se convirtió en pieza clave del engranaje del Piojo.

Los títulos no tardaron mucho en caer. Sambu levantó su primer título como americanista en la mítica Final contra Cruz Azul en el Clausura 2013, al torneo siguiente fue Subcampeón al perder el duelo por el campeonato contra León.

Un año más tarde, obtuvo su segunda liga con las Águilas frente a Tigres, logro que convirtió al equipo en el más ganador de México.

En 2015 y 2016 el vuelo fue a nivel regional con dos Concachampions para las vitrinas. Para el último título, Sambu fue el capitán y encargado de hacer estallar el Azteca al alzar el trofeo de la Concacaf.

Cuatro años y medio, dos ligas y dos Concachampions después, Sambu dice adiós a su amado América para arribar a tierras mexiquenses, sin embargo, el recuerdo del naturalizado mexicano ya es indeleble en el Nido.