A partir de que se reanudó la actividad en el futbol mexicano tras la pausa por el sismo del pasado 19 de septiembre, el calendario de los equipos se saturó, prácticamente con dos partidos por semana; en promedio, los clubes han disputado siete (630 minutos) en el último mes, de los cuales destacan América y Querétaro.

En el caso de las Águilas, la rotación y el gran trabajo de recuperación que realiza el cuerpo técnico permite que sus futbolistas estén al cien en cada juego, y de ellos, Paul Aguilar y Agustín Marchesín han jugado todos los minutos desde el sismo.

“Miguel (Herrera) se apoya en mi persona y en todo el cuerpo técnico y muchas veces la decisión de tantas rotaciones viene de nuestra parte para cuidar la integridad del jugador, pero quien tiene la última palabra es él (Herrera) y muchas veces también se le pregunta directamente al jugador que cómo se siente”, comentó el preparador físico del club, Giber Becerra.

“A los jugadores que más actividad tienen en los dos torneos se les dosifican las cargas de trabajo en los entrenamientos, menos volumen de actividad en las prácticas y así lleguen bien al siguiente juego”, añadió, y apuntó que un objetivo primordial es mantenerlos alejados de las lesiones.