Tomás Boy está listo para celebrar las fiestas decembrinas. El entrenador cierra el 2015 de manera inesperada, pues luego de terminar su relación laboral con el Atlas, recibe la invitación para tomar las riendas de Cruz Azul, situación que lo llenó de alegría y motivación. Por ahora, sólo le resta iniciar el 2016 con el pie derecho y conseguir éxito con La Máquina.

“Mi 2015 lo tengo que dividir en dos partes: la primera que fue un Torneo Clausura 2015 fantástico, me encantó lo que pude hacer con el Atlas, logramos hacer un año futbolístico muy bueno, hicimos 59 puntos, en una organización que no esperaba, me quedé muy contento con los jugadores, más allá de que en la Liguilla no fuimos tan certeros como hubiéramos querido todos.

“Ahora estoy haciendo lo que me gusta en una organización grande y los objetivos son siempre para arriba. Me encantaría que el 2016 fuera el año de Cruz Azul y ser parte de eso”, platicó.

El entrenador pasará estás fechas por primera vez sin su madre, quien falleció hace algunos meses; sin embargo, celebrará con sus seres queridos, con quienes conserva algunas tradiciones como preparar el bacalao que tanto le gusta.

“Tengo que comer bacalao y además mi mamá me heredó su receta, así que este año mis hermanos tendrán que aguantarse porque lo cocinaré yo.

“Me gusta tener una que otra posada, pero cuando estoy trabajando es difícil, porque es época de pretemporada y hay que hacer los planes siempre suponiendo”, expresó.

Boy confesó que le gustaría que Santa Claus le regalara un equipo con el cual pueda pelear el tan anhelado campeonato.

“En el punto de vista futbolístico me encantaría tener el plantel fantástico que todo el mundo quiere. Cubierto de todas las áreas, una calidad importante, aspirante desde la propia capacidad individual al título. Y en el punto de vista personal me lo guardo (ríe)”, agregó.