Lucharon y murieron de pie. Los Pumas vencieron 4-1 a Tigres  y alargaron el partido hasta los penaltis en el Olímpico Universitario, pero ahí perdieron 4-2 en y eso los privó de levantar el trofeo de Campeón del Apertura 2015.

Sí, tras una impecable campaña en la que terminaron en el primer lugar de la tabla general, el club de la UNAM se convirtió en una víctima más de la maldición del Superlíder.

El conjunto dirigido por Guillermo Vázquez sumó 11 triunfos, dos empates y cuatro derrotas en las 17 Jornadas del torneo regular, que le valieron para quedarse en la cima con tres puntos más que el Toluca, su perseguidor más cercano.

Su buen trabajo en el certamen los puso como favoritos en la Liguilla, aunque desde el juego de Ida de los Cuartos de Final, contra Veracruz, los universitarios mostraron otro rostro: no eran el equipo temible que amedrentaba a sus rivales y la delantera no era tan eficaz como hasta antes de la Fiesta Grande.

Contra los Tiburones Rojos sufrieron un descalabro en el primer compromiso y en la Vuelta se impusieron pidiendo la hora. En las Semifinales, América los exhibió en los dos encuentros: los de azul y oro golearon en el Azteca, pero fue polémico por la actuación del silbante; en el Olímpico Universitario sucumbieron 3-1 y apenas se impusieron en el global.

Ya en la Final, Tigres los borró del campo en el Volcán, por lo que todos daban como un hecho que los Pumas se quedarían sin el título. Aun así, en CU sacaron la casta y lograron igualar el marcador global para mandar a el juego hasta la tanda de penaltis, donde cayeron 4-2.

Otra vez cayó el Superlíder. La maldición se impuso. Sólo Toluca, Pachuca, Santos y América han sido capaces de eliminar ese estigma desde que se implementaron los torneos cortos. Esta vez, Pumas, el mejor equipo del torneo, se quedó sin su corona.