En la agonía del partido, a dos minutos del silbatazo final, los Tuzos del Pachuca Sub-15 lograron el título ante los “Rayaditos”. El resultado terminó 2-1 a favor de los hidalguenses, quienes se coronan Bicampeones.

El partido de principio a fin fue de Ida y vuelta, divertido para todos ya que los juveniles menores de 15 años saltaron a la grama del Olímpico Universitario con todas las ganas y la fuerza de llevarse el título a casa, ningún equipo escatimó en esfuerzos.

Al final de los 60 minutos, tiempo reglamentario en este certamen, los de Hidalgo pudieron salir Campeones de manera invicta.

En la primera mitad, Los Rayados fueron los primeros que se apoderaron de la esférica, Ian Arellano, hijo del legendario Jesús Arellano, al igual que su padre en sus mejores tiempos, fue el motor albiazul por la parcela derecha.

Temprano en el marcador, al minuto 8, los regios se adelantaron en el marcador, Carlos Rodríguez anotó el gol de la quiniela en un soberbio remate de cabeza, inalcanzable para Ángel Martínez, meta de los Tuzos.

Después del gol, Monterrey no se conformó e intentó acrecentar la pizarra, al 16 Granados se lo perdió, tres minutos más tarde Carlos Rodríguez pudo vestirse de gloria con su segundo del día pero su remate la mandó por arriba del marco.

Tras 20 minutos, los “Tucitos” despertaron y con gran furia pero sin suerte, Fernando Escalante y Manuel Polco estremecieron los postes en menos de tres minutos, esas opciones no fueron las únicas ya que por lo menos otras dos oportunidades más se fueron sin premio.

Ahogados en el grito de gol, para la parte complementaria, los pequeños de Hidalgo salieron a labrar la igualada, algo difícil ya que los de la Sultana también querían el triunfo.

Pasaron ocho minutos de la segunda mitad y los “Tucitos” lo lograron, en un tiro libre Ortega mandó la esférica al corazón del área en donde apareció Delan Bojorquez, quien prolongó el balón y la envió al fondo de las redes.

El gol para los regios fue como un balde de agua helada ya que lucían contrariados, además de que se veía que el calor y la altura de la Ciudad de México les estaban pesando.

Para los hidalguense, tras la anotación, su apuesta fue más fuerte, sentían la gloria máxima cerca, aunque está no llegaba tan rápido y fue justo a dos minutos del final del partido cuando el partido ya estaba por expirar Luis González barrido empujó el balón y evitó los penales.