La inminente mudanza de Monarcas a la ciudad de Mazatlán en es una práctica muy común dentro del futbol mexicano. Abandonar la ciudad de Morelia, lugar que fue su hogar por varias décadas será un nuevo caso en donde la afición tendrá que despedirse de su equipo.

Entre los casos previamente registrados aparecen el cambio de sede de Cruz Azul cuando de Jasso, Hidalgo arribó a la Ciudad de México donde ha echado raíces desde 1971.

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Pasaron muchos años para que una institución decidiera radicar en un nuevo lugar, en esta ocasión el cambio se dio de la Ciudad de México a la de Aguascalientes cuando los Rayos del Necaxa adoptaron el mote de ‘Hidrorayos’ en 2003.

Uno de los casos más recordados ocurrió hace 13 años cuando los Potros de Hierro del Atlante se movieron al paradisíaco Cancún, ciudad donde la mayor parte del tiempo se la han pasado compitiendo en la extinta Liga de Ascenso.

La mudanza más reciente se dio apenas el año pasado cuando Lobos BUAP que tenía como hogar la ciudad de Puebla, dejó de existir y la franquicia emigró a Ciudad Juárez para dale vida a los Bravos de la ciudad fronteriza.

En una situación parecida también está el de Jaguares de Chiapas que luego de haber perdido la categoría en 2013, siguió siendo equipo de Primera División solo que bajo el nombre y los colores de Gallos de Querétaro.