Luego de 50 años, la Selección Mexicana por fin pudo terminar con la ‘maldición’ de San Pedro Sula y se impuso por 0-2 a Honduras.

La escuadra de Juan Carlos Osorio buscó ganar el encuentro en los minutos iniciales del primer tiempo. Layún arrancó inspirado el encuentro sacó centro por la banda izquierda y encontró a Javier Hernández, quien remató con la cabeza, pero el esférico se fue por encima del arco.

Los catrachos respondieron en seguida con un par de embates por las bandas, sin embargo, la saga mexicana y Talavera contuvieron sin inconvenientes los intentos.

Con el andar de los minutos, el juego comenzó a ensuciarse, el conjunto local comenzó a dar muchas patadas a la Selección Azteca y a poner mucha intensidad en cada jugada, lo que provocó que al 39, Luis Garrido sufriera una escalofriante fractura de rodilla.

En el complemento, el juego fue apretado, Alfredo Talavera se convirtió en un espectador más del encuentro y con complicaciones, México se insinuó en el arco rival.

La jugada más clara llegó al 56′, cuando Chicharito bajó el balón como Diós, disparó al arco, Valladares realizó una atajada extraordinaria, el balón quedó a segundo palo y Raúl Jiménez, con el arco abierto y portero derribado remató a bocajarro, pero increíblemente mandó el balón por encima del arco.

El Tri no tenía mucha imaginación en ataque, pero una pincelada de Jesús Corona al 66′, quien había entrado como relevo, abrió el marcador y seis minutos después, Jürgen Damm, que llevaba pocos minutos en el campo, aprovechó su velocidad, entró al área, amagó con centrar para engañar a Valladares, y con sutil toque puso el 0-2.

Tras la segunda anotación mexicana, los centroamericanos desaparecieron del terreno de juego y los aztecas bajaron las revoluciones, al tener el juego, prácticamente resuelto.

En los diez minutos finales del encuentro, el sus más importante para el Tri, fue que Alanís sufrió una lesión en la rodilla derecha y tuvo que abandonar el encuentro.