“No sé nada, lo único que sé, es que me quitaron mi vida, eso es todo”, dice con voz entrecortada la señora Rosa Isela Ruiz Santiago, una de las personas afectadas por el cierre del club Chivas San Rafael.

Es miércoles, desde muy temprano, decenas de socios se dieron cita en la entrada del lugar para solicitar reembolsos y la devolución de sus pertenencias, mientras asimilaban los cambios que este cierre traerá a sus vidas.

“Mi vida estaba aquí (club Chivas San Rafael). Aquí vi crecer a mis hijos, formarse, mi vida era esto. Yo no pagaba doctores porque mi salud estaba aquí. Prefería pagar mi club que irme a un doctor, porque aquí había familia, amistad… vivías feliz, y ahora, ¿qué voy a hacer?”,

“Era el único oasis que había en Guadalajara y me lo quitaron”, comenta Rosa Isela entre lágrimas.