La vida de Agustín Marchesín, como la de la mayoría de los jugadores de futbol, tuvo un giro de 180 grados. El lunes debía presentarse en Santos y anoche se dirigía a su pueblo natal, San Cayetano, en la provincia de Buenos Aires, para disfrutar de sus últimos días de descanso junto a su mujer, padres, hermanos y amigos.

“Se venía rumorando la posibilidad de una transferencia al América y lo tomé con mucha tranquilidad. Hasta tu llamado, estaba en Santos y el lunes debía presentarme. Ahora todo cambió y aún no sé qué día debo presentarme. Supongo que lo sabré a la brevedad”, aseguró en exclusiva el flamante portero del América.

¿Por qué tanta tranquilidad sabiendo que la posibilidad era un paso tan grande?

Porque entendí a la dirigencia que necesitaba vender jugadores y conmigo tenían una buena posibilidad. Ahora que es oficial que paso al América asumo que me llena de orgullo formar parte del club más grande de México. Es muy halagador que se hayan interesado en mí y ahora que se dio tengo la enorme responsabilidad de estar a la altura de las circunstancias.

Comprendo tu orgullo actual, pero no hace mucho tiempo, fuiste contundente desechando la posibilidad de ir a las Águilas. ¿Arrepentido de esos dichos?

Lo que dije fue una tontería, pero había un contexto. Yo estaba amargado por lo que habíamos pasado justamente contra América en el último partido y me invadió tal tristeza enorme, porque yo sentía que Santos se la había jugado tanto por mí, habían confiado tanto en mí y justamente por mi culpa, por un error mío, perdimos la clasificación a la Final de la Concachampions.

Y hoy ya más calmado, ¿qué sientes?

Que cometí un error y me arrepiento de eso, pero todos nos ponemos la camiseta del club al que defendemos a muerte. Es lo que corresponde. Dije una estupidez, pero cualquiera, en ese contexto, la hubiera dicho. En honor a la verdad, el sueño de cualquier jugador sudamericano es jugar en un club como América. ¡Es el club más grande de México y de los más grandes del continente! Para cualquier jugador, representar al América es glorioso. Es el sueño de todos y ahora son ellos los que están confiando en mí y estará en mí ganarme la confianza para estar en una cancha y allí demostrar por qué me buscaron. Defendí a Santos a muerte dentro y fuera de la cancha y eso haré por América. Soy un profesional con todas las letras.

Sabes que La Volpe no te pidió y es un entrenador temperamental. Incluso tu contratación podría generar rispideces entre los dirigentes y el cuerpo técnico.

Yo debo ganarme su confianza, la de mis compañeros e incluso la de la directiva, con más razón. La afición también me mirará de reojo y tendré que ganármelos. Es un desafío extraordinario. Deberé trabajar más. Ricardo es una persona muy trabajadora. Me han hablado muy bien de él. Él tiene su temperamento y yo también tengo el mío. A mí me gusta ganar e ir al frente como a él. Si depende de mí, sé que podré alcanzar la confianza de todos.