En la política es común ver a dirigentes cambiar de partido, una práctica que se replica en diversas áreas y de la que el deporte no está exento. La Federación Mexicana de Tenis (FMT) se encuentra en un momento de inflexión previo a unas elecciones de las que la planilla ‘Rescatando la grandeza del tenis mexicano’ se plantea como una alternativa al legado del cuestionado José Antonio Flores, sin embargo, posee a seis miembros de la pasada administración entre sus filas.

Luego de que Flores Fernández fuera señalado públicamente de presuntamente haber convocado a elecciones sobre la hora con tal de prolongar su estadía al frente de la FMT y de llevar la serie de Copa Davis al club del que su familia es accionista en Metepec, el escrutinio público hizo que Mario Alberto Chávez cobrara fuerza como oposición, pero al presentar su planilla ésta no dista mucho de los nombres que en el pasado formaron parte del grupo del trabajo del tan criticado Toño Flores.

“Raúl (Zurutuza) y José Manuel Moreno estuvieron en la administración pasada apoyándonos. Creo que un año nos apoyó Raúl con José Antonio Flores, pero es una persona intachable. Las personas que integran este consejo predominan la libertad y su cuestión moral es intachable”, aseguró Chávez en una teleconferencia en la que anunció a su plantilla.

ESPECIAL
Zurutuza, que fungirá como primer vicepresidente en caso de que Chávez se consagre ganador, es el director del Abierto Mexicano de Tenis, mientras que Alexandro Ortega (quien será el vicepresidente de Relaciones Internacionales) es también organizador de diversos torneos en el país. Ambos formaron parte de la administración anterior y su presencia en ‘Rescatando la grandeza del tenis mexicano’ ha generado diversos cuestionamientos.

“En el caso de Alejandro Ortega no hay ningún conflicto de intereses, sumar un empresario que hace 59 torneos, que tenía en la administración pasada la vicepresidencia de relaciones internacionales es de mucho valor”, afirmó Chávez.

De los nueve miembros de la planilla, seis formaron parte del grupo de Antonio Flores durante su administración, incluido el propio Mario Alberto Chávez, quien según su versión, al notar las malas prácticas de Flores, optó por dar un paso de costado y crear una rebelión.

“No es la primera ocasión (que un exmiembro de la plantilla anterior es candidato), José Antonio Flores fue vicepresidente con Gastón Villegas, una administración muy criticada, eso no quiere decir que hayan sido cómplices de otras administraciones. La toma de decisiones (de Flores) no era como se pudiera suponer. José Antonio Flores tenía la última palabra y lo que pudiéramos aportar pasaba a segundo plano, no me considero cómplice, a veces yo votaba en contra y me hizo ver como el enemigo, básicamente si no estabas con él eras su enemigo”, zanjó.