El futbol era su destino. Darío Romo, hermano del jugador de Cruz Azul (Luis Romo), confesó que la familia del Chuletita Orozco fue determinante para que el actual elemento de La Máquina llegara al profesionalismo.

En entrevista con ESPN, el mayor de los hermanos Romo narró cómo el destino de Luis pasó de una ‘herencia’ en el arte de la pesca de ostiones al de sobresalir en el balompié mexicano gracias a su esfuerzo y a los Orozco.

“A mí me tocó tener la fortuna de estar en la primaria con Javier Orozco. La verdad, yo no conocía nada del futbol, por casualidad, cosas del destino, me toca estar en la primaria con él y a la edad de ocho años sacan una selección de la primaria, me toca estar junto con Javier. El papá de Javier, ‘don Chuleta’, era el de la selección de la escuela.

“Empieza a invitar a cierta cantidad de niños a su escuelita. Me acoplé a su escuelita, empecé a ir dos días a la semana. Empecé a porterear a la edad de los 12 años y así fue como Luis empezó a jugar, ya con el ejemplo de que yo jugaba”, explicó Darío para ESPN.

LO INVITAN A PROBAR SUERTE EN LA MÁQUINA

Tras ir ganando nivel en las categorías inferiores y después de probar su nivel en posiciones como delantero, extremo y en el medio campo, su amistad con la familia Orozco permitió que Luis probara suerte en La Máquina.

“El Chuleta le consigue unas pruebas a él en Cruz Azul. Él tenía conocidos ahí, pues por parte de Javier y de Luis, su hijo el más grande, y le consigue las pruebas y lo lleva para allá. Los mismos entrenadores que tuve yo, los tuvo Luis, algunos y el Chuleta fue una parte importante para llevar a Luis a probarse al Cruz Azul y ahí empezó el camino de Luis Romo”, detalló Darío.

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