Lucero Álvarez cuenta los minutos para regresar a las canchas. El portero de Lobos BUAPsufrió una fractura de pómulo que lo dejó fuera ocho semanas y puso en riesgo su carrera como futbolista.

“Fue complicado, cuando agarré conciencia de lo que me había pasado no podía creer que estaría tanto tiempo fuera, nunca me había pasado nada, ni un esguince de tobillo. Me dijeron que me tenía que operar, estar de nueve a 12 semanas, no lo podía creer, ya quería entrenar, ver a los compañeros”.

Lucero Álvarez es atendido por un médico después de sufrir el percance

¿Qué pasaba por tu mente cuando aún estabas en el hospital?

Al principio me sentía impotente, desde que llegué a México era un sueño jugar en Primera División, pero me dije que volvería más rápido de lo que decían. Mi señora estuvo siempre, me decía: ‘Tranquilo, vas a regresar bien’. Fue fundamental tener a alguien al lado que me motivara.

¿Te dio miedo cuando supiste que podrías perder un ojo?

Me revisaron tres oftalmólogos, me abrían el ojo, me revisaban y veía que algo pasaba en esa triple factura, vino un especialista, me dijo que estaba fisurado en tres lugares, uno muy cerca del ojo y que estuvo a punto de que explotara el ojo. Me asusté muchísimo, es un golpe que repercutió en la vista, todavía veo borroso, pero me dijeron que en tres meses vería bien.

¿Te invade la desesperación con tu problema de la vista?

Al principio sí, me querían operar, pero después ya no fue necesario porque es una célula que se va reproduciendo sola, pero así como estoy veo bien, el ojo derecho me ha ayudado a ver bien.

El guardameta disputa un juego con la Sub 20

¿Sentiste temor de perder tu carrera?

Sí, porque te dicen estuviste a tres milímetros de perder un ojo, eso significa que no vas a poder jugar más, porque para un arquero lo fundamental es la vista, cuando viene la pelota lo primero que haces es mirarla.

¿En algún momento pensaste en retirarte?

No, al contrario, dije: ‘Voy a volver más rápido de lo que todos se imaginan’. Me sentía bien cuando salí del hospital, estaba ansioso de hacer algo, quería irme a entrenar, hacer bicicleta o caminar dentro de la cancha. Lo que me causaba ansiedad era saber qué iba a pasar cuando me llegara una pelota a las manos. Me angustió perder el ojo, porque después de eso puedes salir adelante, pero al perder un ojo no hay solución.

Lucero Álvarez tuvo que usar una máscara protectora

¿Cómo te has sentido en tu regreso al campo?

Capaz, el futbol en la Sub 20 me está sirviendo, a veces estoy muy ansioso de que me salgan las cosas bien, pero es un proceso.

¿Qué mensajes recibes de la afición?

La gente en la calle me dice que hago falta, está bueno que te digan eso, con dos partidos que jugué es muy motivante. Por ahora el arco está cubierto, resta trabajar para ver si el técnico me toma en cuenta de nuevo, la competencia siempre es sana.