Esta sí es una verdadera Máquina, que machuca a sus rivales, sin mirar escudos ni la calidad del oponente. Sin achicarse por el madruguete que le propina Monarcas Morelia, Cruz Azul le da la vuelta para encarrilarse rumbo a las semifinales del Torneo de Clausura 2013, para convertirse, de pasadita, en el primer conjunto capaz de dar un golpe de autoridad en el amanecer de la Liguilla.

Sí, este Cruz Azul no sólo ilusiona, llena el estadio Azul y genera cánticos, “¡oles!” y consignas, sino que también atemoriza a sus contrarios, a los que arrasa de forma sorprendente, convencido de ese poder de campeón con el que muchos comienzan a creer.

Manejada por la creatividad del Chaco Christian Giménez, esta maquinita pita y pita, sólida y veloz, para, de pasadita, despojar de su paso invicto al técnico argentino Carlos Bustos, quien desde su arribo al Morelia, en la octava jornada, lo convirtió en protagonista y candidato al campeonato, situación que se vio en riesgo por primera vez en la temporada gracias al concierto futbolístico exhibido en el duelo de ida de cuartos de final celebrado anoche.

A este juegazo, protagonizado por cementeros y michoacanos, sobrevino el apagón en el estadio Azul, que enfrió a todo mundo, luego del explosivo futbol que expresaba el equipo cementero sobre el césped.

Tanto que quizá por eso se calentó Chuy Corona, guardameta celeste, quien tras una gran actuación en la cancha, enloqueció al reclamar airadamente al recién ingresado Sergio Santana, quien reprochó al árbitro cortar la jugada por el apagón.

El primer lapso, de gran inspiración michoacana, puso en ventaja a los visitantes, gracias a que al minuto 2, Rodrigo Salinas se fue alegremente por la banda derecha y proyectó un centro que anticipó el chileno Héctor Mancilla, quien con la cabeza fulminó a Corona, a su derecha.

Todavía el propio Mancilla, al minuto 18, estuvo próximo a su segunda anotación, cuando Chema Cárdenas bajó el balón y se lo puso al chileno, quien disparó y Corona logró su primera gran intervención.

Mas enseguida vino la reacción cementera y al minuto 23 se produjo una magnífica jugada de conjunto, en la que triangularon Christian Giménez, Gerardo Torrado y Julio Domínguez, cuyo centro permitió a Mariano Pavone firmar el empate a un gol para darle vida a los capitalinos.

En el complemento, el arranque fue letal. La cosa parecía complicarse luego de que Teo Gutiérrez desperdició una jugada de Pavone que debió dejar que resolviera el propio argentino, pero tres minutos después, al 53’, el propio colombiano lavó su error con un genuino golazo.

Luego vino la salvada de Corona, tras bombazo de Salinas, pero Cruz Azul respondió con otro gol. Chaco hizo valer curiosamente una falla de Salinas para cruzar de zurda a Vilar.

El apagón no apagó motores. El silbante compensó 22 minutos, lo que aprovechó la Máquina al 97’, cuando Domínguez, Chuletita y Pavone triangularon para el 4-1. Pero cuando el rival parecía muerto, al 108’, Joao Rojas da un pase que aprovecha Carlos Ochoa y le da vida a Monarcas.