Por destino o necesidad ante una cadena interminable de lesiones, suspensiones y ventas innecesarias, Ricardo La Volpe tuvo que recurrir a lo que mejor conoce y saca jugo: las fuerzas básicas, por lo que con la experiencia que le brinda este tema, visualiza a su América del futuro con una mayor identidad, gracias a la inclusión de canteranos que tengan claro el peso de la camiseta que defienden y, por ello, anhela contar con el tiempo para plasmarlo de la mejor manera.

“No sé si me dé tiempo. Tengo aquí apenas seis meses. El América es un equipo que debe dar resultados y tiene una exigencia al máximo: buscar el título. Jugar con tres o cuatro canteranos y de gran calidad como titulares no es una utopía. Es algo que está muy cerca, si no nos equivocamos y no nos apresuramos. No sé qué suceda al final de la temporada, si me quedue o me vaya, pero ya tengo en mente un club con raíces e identidad propia en el corto plazo. Mucho más barato, pero con futuro. Dios sabrá lo que es mejor para todos, en él confío plenamente. Él decidirá y nadie más”, apuntó La Volpe.

Actualmente en las Águilas existe un exceso de extranjeros en zona defensiva, pero justo en esa línea dio oportunidad a Edson Álvarez, un jovencito que con apenas cinco meses en el primer equipo, cuando juega hace que no se extrañe a Goltz, Aguilar o Valdez, dependiendo a quién supla. Además, a sus 19 años se quedó a un minuto de convertirse en histórico y darle con su gol un título ante Tigres, en la Final de hace tres meses.

Por ello, el Bigotón tiene clara la fórmula, aunque establecidas las características que busca en los jóvenes prospectos, por lo que no es tan sencillo como parece.

“No es asunto de debutar por debutar. Eso lo hace casi cualquiera. Es perfilarlo, cobijarlo, darle confianza, tiempos y entornos adecuados para que el chico se atreva, vaya evolucionando, explorando sin temor las virtudes futbolísticas que le dieron la oportunidad de debutar. El temor a fallar en sus primeras oportunidades es su gran reto a vencer, por eso tienes que encontrar la forma de que se atrevan y ganen confianza. Que con descaro intenten pintar la cara al rival, sin importar el nombre. Si consigues que lo haga, se puede haber ganado un titular en el corto tiempo.

“Y luego viene lo difícil: consolidarlos, para que estos jóvenes se muestren igual con otro técnico. No es tan fácil, no basta simplemente ponerlos. Si fuera así de sencillo todos los Campeones Mundiales Sub 17 que hemos tenido serían hoy grandes figuras y para nada es así”, asegura el timonel que pretende renovar las filas azulcremas.

“Por eso vi a los chicos de la Sub 17, a un Diego Lainez, al que ese nivel le quedaba chico, pero no sabía qué tan lejos estaba del primer equipo. Tiene grandes condiciones, pero también mucho carácter, eso es lo mejor para que se levante cuando vengan las criticas o malos momentos.

“Me envolví en lo que eran las categorías inmediatas, ahí está un lateral izquierdo como Ulises Torres, al que falta afinar a la defensiva, pero tiene salida ofensiva bárbara. También encontré a Francisco Córdova, un volante por derecha no tan hábil, pero es una maquinita que se corta en diagonal, que tiene gran disparo de media distancia, con gran visión de campo. Marín, el delantero que debuté con Chivas, es un gran definidor, que sabe qué hacer con la pelota. Está aprendiendo rápido. Hay varios más ahí”, confiesa el técnico americanista que hoy en día se escucha entusiasmado.