Con gran emoción llegamos a la primera sede de la gira europea del Tricolor, entre retrasos y escalas pasaron 27 horas para pisar el territorio de Bruselas, donde este viernes la Selección Mexicana enfrentará a su similar de Bélgica.

Un clima frío nos recibió al bajar del avión, donde mi compañero fotógrafo Miguel Pontón y yo éramos los únicos mexicanos, no faltaba quien nos veía cara de latinos y se esforzaba por hablarnos en español, preguntando nuestra razón de viaje y al escuchar de nuestra parte el motivo, respondían no saber nada de dicho encuentro.

Y es que queda en evidencia que el futbol no es una tradición en Bruselas, mi sorpresa fue al pasar la aduana, cuando el agente nos detuvo y nos preguntó el motivo de nuestra visita a este país, a lo que de inmediato respondimos que era para cubrir el partido, el aduanal se sorprendió y aún me quedé más sorprendida cuando confirmó entre sus otros colegas del aeropuerto Bruselas-Zaventem de si existía dicho partido de futbol.

Esta situación podría sorprender a los mexicanos, ya que destacaríamos como gran evento ver cómo se enfrentan jugadores de la talla de Javier ‘Chicharito’ Hernández, Guillermo Ochoa o Carlos Vela, a los belgas Eden Hazard, Romelu Lukaku o Kevin De Bruyne; sin embargo, para los anfitriones puede pasar desapercibido.

Mucho menos que encontrar camisetas entre las calles o en los diarios impresos información sobre el balompié y actividad que tendrá su país.

Luego de hospedarnos en el hotel, salimos a recorrer las calles de esta bella ciudad con un espíritu medieval en sus construcciones que impresiona por su arte y belleza, aderezada por el fabuloso olor a chocolate y waffles, principal atractivo gastronómico, sin olvidar la gran cantidad de cervezas que ofrecen los restaurantes ubicados entre callejones estrechos que invitan a recorrerlos a pie, pues lo que también es de llamar la atención es la seguridad con que se vive en este destino europeo.