La llegada de Ronaldinho a los Gallos Blancos  no le sentó nada bien al equipo, debido a que el club bajó su productividad desde que el astro brasileño se enfundó en la casaca queretana el torneo pasado.

Antes de que llegara ‘Dinho’, la efectividad del timonel con el equipo era del 42 por ciento, números que se vieron reducidos cuando el exjugador del Barcelona aterrizó en México.

Lejos de que la estadía del brasileño le hiciera más fácil la vida a la institución, sólo se la complicó. La presión de tener un jugador mediático y talentoso en el plantel, comenzó a obligar al exestratega de los Gallos Ignacio Ambriz, a hacerle un espacio en su planteamiento a como diera lugar, por lo que tuvo que modificarlo.

Nacho  nunca le encontró acomodo en su esquema y esto no le benefició en nada a sus números como entrenador del Querétaro, equipo al que dirigió por cinco torneos y al que dejó el pasado lunes.

Los planes del estratega marchaban por buen camino, tenía al equipo entre los primeros sitios y era un candidato firme para meterse a la Liguilla del Apertura 2014 sin ningún contratiempo.