A un año de la muerte de Jorge Vergara y de que su hijo Amaury tomara la presidencia del Grupo Omnilife-Chivas, el dirigente del Rebaño confesó algunas situaciones que se vivían en el equipo se han ido cambiando como la falta de comunicación que existía, pues cree que en un equipo de esa jerarquía siempre sucede algo y por eso está al pie del cañón todo el tiempo. “No ha sido nada aburrido. Estar en Chivas es una actividad de 24 horas los siete días de la semana. Todo el tiempo está sucediendo algo”, dijo en entrevista con la revista Forbes.

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“Había problemas de comunicación en el equipo, que se han ido resolviendo poco a poco. Hemos logrado deshacernos de una competencia interna y los resultados se están comenzando a dar”. Amaury relató que la mayor de las inversiones durante su gestión es en el trabajo de las fuerzas básicas, pues considera que con el producto hecho en casa es la manera en la que el Rebaño puede conquistar el campeonato con un buen proyecto. “El reto en Chivas era alejarse de la tabla de descenso y ya lo estamos logrando. El objetivo es no dejar de calificar a las liguillas e incluso ser campeones. La única forma de ser trascendentales es a través de las fuerzas básicas en los siguientes 10 años de Chivas. Ahí están las próximas figuras que se van a exportar hacia el extranjero, para seguir posicionados como exportadores de talento”.

Con Amaury al frente del equipo llegó Ricardo Peláez como presidente del club y con ambos la inversión en jugadores para poder fortalecer la plantilla, pues de diciembre a la fecha llegaron elementos como Cristian Calderón, Jesús Angulo, Uriel Antuna, Alexis Peña, Gallito Vázquez y el regreso de José Juan Macías a la institución.