Añeja confrontación que jamás perderá sabor, muchos menos interés popular, según diagnostica uno de los hombres que esta noche protagonizarán otra edición del Clásico de clásicos.

Rubens Sambueza está consciente de que esas épocas en las que el Guadalajara y el América acaparaban trofeos son pasado, aunque los blasones de ambos equipos jamás serán enterrados por las nieves del tiempo.

“Son los dos clubes más grandes e importantes del futbol mexicano”, sentencia el volante argentino de las Águilas. “Hace muchos años que los dos no pueden conseguir campeonatos, pero eso no le quita interés”.

Las Chivas no se coronan desde el Apertura 2006; la más reciente vuelta olímpica de los azulcrema se dio en el Clausura 2005.

Dolorosas sequías para los dos pueblos más numerosos en esta nación futbolera, esos que suelen utilizar su plumón carmesí para marcar el día en el que se medirán.

Sambueza entiende perfectamente el sentimiento, al igual que la animadversión hacia el Rebaño Sagrado, “porque es el rival del Clásico Nacional… No es que esté odiando a Chivas”.

“Esto viene desde hace mucho tiempo atrás, con otros jugadores, dirigencias”, añade. “No es que los digamos ahora. No se puede perder con este equipo y el odio ése es más que nada en las palabras… De ahí no pasa”.

Lo que no significa que esté ajeno al compromiso. Sabe que su condición de foráneo siempre le obligará a marcar diferencia en los encuentros de mayor relevancia.

“Debería [ser así], porque los extranjeros que hay en el América son de gran calidad”, presume.

“Es una ventaja, pero sabemos que Chivas también tiene grandes jugadores mexicanos”.