Ana Karen Guadiana tenía solo 10 años cuando se armó de valor y jaló del saco a Hernán Garza. “Quiero llegar lejos, quiero ganar Wimbledon”, le dijo la pequeña mientras miraba fijamente a los ojos al director del Abierto GNP Seguros, quien desde entonces decidió apoyarla en su lucha por convertirse en una estrella de la WTA, como las que conoció en su natal Monterrey gracias al torneo femenino más importante del país.

Guadiana se convirtió así en la última pieza de un rompecabezas que comenzó cuando gracias a Jim Scott en 2009, Don Hernán logró llevar un torneo de WTA a la Sultana del Norte con el fin de impulsar el deporte femenino en su amada ciudad. Y sin darse cuenta, Garza hizo de Monterrey un torneo único en el mundo al dar predilección a su rama femenil por encima de la varonil.

“El torneo femenino ha tomado una gran importancia y relevancia, prueba de ello son los premios en los Grand Slams, ya son iguales que para los hombres, eso habla del nivel que ha llegado el tenis femenil. Es un tenis más competitivo, más fuerte y sí le aposté porque creí en un torneo de mujeres para nuestra ciudad”, explicó el director del Abierto GNP Seguros.

“Hemos seguido haciendo ajustes, sumamos el torneo de hombres, para hacer un torneo importante, porque en el fondo nuestro objetivo es fomentar el deporte pero formar jugadoras, nuestro objetivo es meter jugadoras a este torneo”.

El Abierto de Monterrey es de categoría International Series, por lo que reparte una bolsa de 265 mil dólares. Mientras que en la rama varonil otorga tan solo 106 mil dólares al tratarse de un ATP Challenger, en una muestra del interés del torneo por fomentar el deporte blanco femenino.

“La mujer siempre tendrá su lugar en esta vida, siempre lo han tenido pero se ha olvidado, se ha perdido. Hay atropellos, delincuencia tristemente y eso no es bueno ni para el país ni para el mundo ni para nadie, espero tengamos un mundo más justo, más equilibrado y de paz, de armonía, alegría y tenemos que recuperar esos valores”, insiste Garza, quien siguiendo esa línea, encontró en la joven Guadiana de 18 años, a su estandarte en la lucha por reivindicar a la mujer en el tenis nacional.

“Ha sido un proceso muy divertido, todo un viaje. Es un reto y me siento muy orgullosa de soy yo la que lo está representando, doy mi todo para demostrar que lo merezco”, afirma la tenista que ha recibido invitación a las qualies de los dos últimos años. “Le doy gracias por confiar y lo voy a hacer valer”.