profesional y, a cinco años de su retiro formal vistiendo la casaca del Puebla, agradece a toda la afición que aún lo tiene muy presente por lo que brindó incesantemente dentro del terreno de juego, y este reconocimiento siempre será un tesoro invaluable que llevará en su corazón.
“Gracias por no olvidarme. Yo tampoco me olvido de los que me apoyaron, de los aplausos de la afición y soy un agradecido con Dios, por permitirme haber dado tantas alegrías a mi país”.
El martes 21 de abril del 2015 marcó la fecha exacta en la que el Cuau decidió poner fin a una carrera gloriosa de casi 23 años; aquella noche de Final de Copa MX ante Chivas entró de cambio en la segunda parte y, con una sonrisa exquisita, pudo alzar con los poblanos el título.
En marzo del 2016, América le organizó un partido de despedida en el Estadio Azteca a manera de homenaje. Aunque ya llevaba casi un año en el retiro, volvió a deleitar a toda la afición durante los minutos que le tocó estar en la cancha.
Ahora, la vida le ha puesto un nuevo desafío de frente, una encomienda de gran importancia y, en su función como gobernador de Morelos, esta vez quiere ganar la lucha al COVID-19.
“Agradezco a quienes no me olvidan después del retiro. Hoy estoy jugando el partido mas importante de mi vida. Toda mi atención está en buscar ayudar a mi gente en Morelos para que el COVID-19 deje los menos daños posibles”, indicó, al tiempo de manifestar un dolor irremediable por las pérdidas humanas de esta pandemia, pero la batalla continúa y, al final del camino, confía en que todo cambiará para bien.
“Me duelen muchísimo las vidas que se han perdido. Hemos salido a trabajar entregando de mano en mano junto con mi esposa Natalia (Rezende), titular del DIF, más de ocho toneladas de víveres a quienes más lo necesitan en Morelos. Después de esta crisis de salud que ha paralizado al mundo, todo será diferente, tendremos que ser mejores seres humanos”, instó Blanco.
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