De un mes a otro, Cruz Azul volteó su destino y de estar desahuciado al iniciar el mes de la primavera, en el del niño, no sólo acabó con la calificación en la mano, sino hasta se dio el gusto de ganar después de 15 años un título.

“Se siente bien”, dice el técnico Guillermo Vázquez, quien fue el principal blanco de las críticas del accionar cementero durante la crisis de marzo.

Marzo, debacle

Marzo inició así: sábado 2, goleada de parte del América por 3-0. Enseguida, en la Copa, se cayó 3-1 ante Atlas. En la Liga no se levantó y en casa apenas empató a uno con Jaguares, el sábado 9.

Vino una pequeña buena racha al derrotar en Copa 1-0 a los chiapanecos, el martes 12 y al Atlante por 0-3 en la Liga, el domingo 17. Se cerró con otra derrota en el torneo liguero, en en Azul, por 1-2 frente a Atlas, el sábado 30.

La marca en marzo fue: dos victorias, un empate y tres derrotas.

Abril, ascenso

Algo sucedió en abril, que todo cambió. La Máquina lució como tal y resurgió. Vázquez apunta los factores que se mejoraron: “Orden, generación de situaciones y guardar el cero”.

Hay que agregar: “La gran disposición de los muchachos. Intentan todo, tratan bien la pelota y eso les da mucha confianza”.

El detonante fue el miércoles 3 de abril, cuando en el Azteca eliminaron al América en las semifinales de Copa. Después de un empate a un gol, La Máquina ganó en penaltis.

En la Liga resucitaron al ganar en la agonía al Querétaro por 1-2 el sábado 6. Enseguida vino el júbilo al conquistar el miércoles 10, la Copa al derrotar también en penaltis al Atlante. De regreso a la capital se goleó el sábado 13 al Tijuana por 5-0; se fue a Toluca, el domingo 21, a ganar 0-2 y se cerró con victoria sobre Santos por 1-0, el sábado 27.

La marca de abril quedó en dos empates, ambos en Copa, y cuatro victorias. Nada mal para un equipo que 30 días antes estaba en crisis.

¿Cuál crisis?

Vázquez reconoce que la presión que se vivió por la racha de malos resultados, “ya no existe, lo que sí es el deseo por mejorar”.

Y del dicho al hecho se cumple al calificar a la Liguilla. “El equipo está comprometido con lo que quiere. Lo primero era calificar”.

Gran mérito, pero el técnico se lo da a quien salta cada semana a la cancha: “Esto es sólo merecimiento de los jugadores, trabajan mucho para ello y aquí están los resultados. Han mostrado gran personalidad, ellos saben que cuando el equipo se decide, todo se puede lograr y la muestra es fehaciente”.

Llegó el punto 26

Vázquez arribó a 26 puntos, los mismos que ganó Cruz Azul el torneo pasado, el primero en el que estuvo al frente. Parece que todo eso acalla las críticas sobre él.

“Sí, igualamos lo del torneo pasado, y aún nos queda un partido. Podemos hacer más”.

De los comentarios en su contra, sólo mencionó. “Siempre van a existir, más en una situación como ésta. Lo mejor es que el equipo ha sido estable. No nos hemos dejado llevar ni por las buenas, ni por las malas. Esa es la gran virtud, mantenerse siempre bajo la misma línea”.

—¿Ya cumpliste?

“No. Ahí vamos. Uno siempre busca más. Voy partido a partido. Sigue Monterrey y después pensaremos en las finales”.

Y partido a partido llega mayo, mes de Liguilla. Vázquez soportó el vendaval que se le vino en marzo; se recuperó en abril y en mayo… bien podría escribir una nueva historia.