Ambos equipos llegan con la urgencia de un título al partido más emotivo en la corta historia de la Copa MX. Si bien es cierto que los 15 años de sequía de Cruz Azul lo convierten en el equipo más apresurado por sanar esa ausencia de alegrías con su afición, las Águilas andan más o menos en las mismas luego de que su último trofeo fue el de la Liga en 2005.

Esta necesidad ha provocado que los técnicos, como siempre principales responsables, estén prácticamente jugándose su continuidad. Mucho se ha mencionado que la salida de Guillermo Vázquez al frente de La Máquina sería inminente en caso de quedarse con las manos vacías en este primer semestre del año, sin embargo la realidad es que Miguel Herrera está en una situación similar luego de estar un año al frente de los azulcremas sin conseguir campeonato.

La gran diferencia es que los dirigidos por el Piojo están en lo alto de la clasificación general en la Liga, con muchas posibilidades de estar en la Liguilla, pero un fracaso más sería difícil de soportar en la institución de Coapa.

La noche está puesta para que sea un partido de emociones. Al menos los jugadores tendrán que salir a morirse en la raya si no quieren sufrir la amarga eliminación aunada a que ésta fuese a manos del odiado rival.

Para el cuadro celeste, el duelo también puede significar una revancha de lo que sucedió en la Jornada 9 de la presente Liga, cuando fueron goleados por 3-0 en el mismo estadio Azteca. Los cementeros saldrían con todo su arsenal mientras que las Águilas respetarían a la mayoría de sus jugadores coperos, entre ellos el goleador ecuatoriano Narciso Mina, con seis tantos en este certamen. Este miércoles hay finalista en esta Copa MX y será un grande del futbol mexicano.