El inmueble que ha sido casa de la Máquina desde 1996 dejará de tener futbol al final de este torneo, con amplias posibilidades de que sea demolido, aun cuando es el estadio más viejo de la ciudad, con 72 años de edad.

Sin embargo, han pegado más las pobres actuaciones del equipo que la nostalgia, pues las asistencias van en picada y de los 22,619 espectadores que tuvo Cruz Azul como promedio en cada juego de local el torneo anterior, ahora son de apenas 16,142.

La cifra es peor que la de equipos como Puebla, Toluca, Veracruz, Necaxa o Morelia. La Máquina es el segundo club con las peores entradas este torneo, solo arriba de los 11,988 de promedio que tiene Lobos y lejísimos de los 42,504 de Rayados, el mejor en ese rubro.

Tan evidente es el desencanto que en los últimos dos partidos que Cruz Azul estuvo en casa, sus juegos fueron los peores de la jornada, el de la fecha 8 contra Puebla con apenas 12,187 aficionados, y el último contra Gallos Blancos, con solo 11,085.

En el Apertura 2017, los seguidores celestes parecían creer en el trabajo de Paco Jémez tras reforzar al equipo en el verano, y por eso desde el primer partido en el Azul colmaron las gradas con 26 mil aficionados de los 33 mil de aforo.

En el actual certamen la casa azul recibió en promedio 18 mil seguidores en los primeros tres juegos pero tras un solo gol anotado, tres empates y dos derrotas, la confianza parece haberse perdido entre los aficionados.

Ahora les toca recibir a Pachuca y una semana más tarde continuarán esta “gira” en casa contra Pumas, un rival que genera expectativa. Pero de acuerdo a la tendencia, no será descabellado que sea un partido donde la buena entrada la hagan los de camiseta auriazul.

 

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