Tan pronto se supo de su positivo por Clembuterol, Saúl “Canelo” Álvarez fue objeto de críticas y hasta recomendaciones por parte de organizaciones como PETA, que lo invitó a convertirse en vegano.

El Canelo fue suspendido seis meses por la Comisión Atlética de Nevada y perdió la oportunidad de combatir contra Gennady Golovkin por segunda ocasión, luego de un polémico empate del 16 de septiembre de 2017.

El pugilista alegó haber consumido carne contaminada y se reabrió el debate sobre este problema sanitario en México, donde un estudio dado a conocer por la revista Proceso y realizado por la Secretaria de Salud, estima que 49 por ciento de la población arrojaría positivo por Clembuterol.

El problema de salud pública ha afectado a diversos atletas nacionales como ocurrió con cinco jugadores del Tri en la Copa Oro 2011, así como con otros boxeadores como Terrible Morales y Siri Salido. Es así que aquella sugerencia de Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA) deja de sonar descabellada.

ASTROS CONSUMEN POCA CARNE

Disminuir el consumo de carne es una tendencia entre deportistas que cada vez obtiene más adeptos, como Tom Brady, Lionel Messi, Sergio Agüero y Novak Djokovic.

Después del Mundial de Brasil 2014, Messi se acercó a Giuliano Poser, doctor italiano especializado en nutrición en el deporte, quien recomendó al astro argentino una dieta llamada Gasolina Súper, en la que la carne no es primordial.

De la misma forma, Brady, ganador de cinco Super Bowls, lleva una dieta con muy bajo consumo de cárnicos, misma que detalla en su libro “The TB12 Method”. Una disciplina alimenticia alcalina en la que abundan los vegetales.

El caso de Djokovic es aún más estricto, pues desde 2010 notó que era alérgico al gluten y cambió radicalmente sus hábitos alimenticios hasta convertirse en vegano cinco años más tarde.

“Ser vegano no se trata únicamente de no comer carne. Los veganos, además de evitar los productos de origen animal, ponen un buen ejemplo en todo sentido: se mantienen activos y en armonía con su cuerpo y con el medio ambiente”, afirma Raquel Pérez de León, nutrióloga y columnista de Mediotiempo.

El veganismo es la práctica que rechaza el uso y consumo de todos los productos de origen animal y se estima que el 9 por ciento de la población mexicana es vegana, mientras que el 19% es vegetariana, es decir, no consumen carne pero aceptan el uso de lácteos.

Otros casos de atletas veganos son los del defensa español del Arsenal, Héctor Bellerín, de Sergio “Kun” Agüero, del Manchester City, y Chris Smalling del Manchester United.

Todos ellos coincidieron en que el no comer carne les hace sentir con más energía y han notado que su cuerpo se recupera más rápidamente de cualquier inflamación muscular.

“Al no consumir nada de lácteos y tener una dieta baja en grasas y alta en fibra, los veganos no sufren de estreñimiento ni malestares digestivos. Es un tema importante a la hora de una competencia, cuando necesitamos tener el estómago tranquilo y contento”, refuerza la nutrióloga.

DEBATE ABIERTO

Sin embargo, en el alto rendimiento deportivo, existen diversas posturas sobre qué tan conveniente o no puede ser el veganismo.

“En el caso de los deportistas de alto rendimiento, es más complicado y mi postura sería en contra, pues los deportistas requieren hierro en mayor cantidad y el hierro que proviene de los animales es el que se absorbe de mejor manera”, explica la columnista de Mediotiempo.

El debate sigue abierto pero lo que es un hecho es que en México, entre 2012 y 2016, 104 futbolistas, 58 jugadores de futbol americano, 54 corredores, 42 basquetbolistas, 27 pesistas, 26 y beisbolistas y 27 taekwondoínes arrojaron positivo en Clembuterol.

De acuerdo con un estudio del Stockholm International Water Institute, en 2050 la población será de 9 mil millones de personas en el mundo, por lo que la alimentación basada en productos vegetales podría ser la respuesta a la insuficiencia de agua que derivará de este aumento demográfico, pues para producir un kilogramo de carne se necesitan 15 mil 400 litros de agua, en cambio, 37 litros se necesitan para 1 kilo de brócoli y 7.5 litros para 1 kg de champiñones.

Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), la ganadería produce más gases de efecto invernadero que todos los medios de transporte juntos, es la principal causa de extinción de especies, deforestación, contaminación del agua y destrucción del hábitat.