Los errores siguen matando a Chivas. Cuando parecía que el Rebaño venía en ascenso y que la crisis se había terminado, nuevamente un par de pifias defensivas los llevaron a una nueva derrota por 2-1 y a ser el último lugar de la porcentual. Otra vez.

En Tijuana el Rebaño dejó ir una oportunidad de crecer su confianza, de mantener la ventaja de un punto con Morelia en el cociente y por si fuera poco quitar la hegemonía de los Xolos que además era el peor local del torneo.

Carlos Fierro adelantó a los rojiblancos. Chivas era mejor en la cancha y el marcador les hizo justicia, pero mágicamente el idilio tapatío se derrumbó. Los errores aparecieron y como si fuera un edificio con TNT se desplomó.

El empate fue un conjunto de errores colectivos, primero el ‘Chatón’ se equivocó en la salida perdiendo el balón y después Miguel Ponce sólo se limitó a ver correr a Dayro que la mayor de las paciencias fusiló a Toño Rodríguez.

La frustración y enojo en la zaga no se hizo esperar, Salcedo y Marín, como líderes de la defensa pusieron tremendo regaño a los pecadores, y no era para menos a partir de ahí Chivas fue otro equipo, volvió a ser ese equipo desconcentrado y desconfiado del inicio de la temporada.

Guadalajara no aprendió la lección de concentrarse, de no cometer errores y en el segundo tiempo la defensa dejó completamente solo a Paul Arriola, que al encarar al portero visitante recibió una falta que decretó la pena máxima con la que Dayro hizo historia y decretó una nueva derrota del Reabaño.

El Chepo intentó hacer que su equipo reaccionara con los ingresos de Fabián, Brizuela y Zaldívar, hombres frescos que tienen talento en las piernas, pero estos se empaparon de la desconfianza que tenía el equipo y no pudieron ser esa diferencia para ayudar a su equipo.