El telón de este 2011 se cierra y la Selección Mexicana despidió uno de sus años más ganadores en cada categoría; el Tri de José Manuel de la Torre culminó sus labores en este ciclo y se despidió de su afición con una victoria (2-0) ante Serbia, festejada por la afición de Querétaro que gozó al combinado nacional tras 26 años de ausencia, pero que en lo futbolístico dejó poco o nada para el recuerdo.

La velocidad de Pablo Barrera, Andrés Guardado y Javier Hernández cobró factura para el cuadro europeo, entumido en los primeros minutos, que se vio contrariado y no supo detener un embate de Carlos Salcido. El defensor de los Tigres mandó un centro que parecía que el Chicharito no tocó, pero sí descolocó al arquero serbio para el primer gol de la noche; en un primer momento en la cédula oficial de la FMF en Internet el tanto fue otorgado a Hernández, pero al final su reporte cambió y se lo dieron al defensa de Tigres.

México salió motivado en su noche de despedida, pero con poco ideas, sobre todo en el segundo tiempo. Le dio el adiós a este 2011 y lo quiso hacer de la manera más rápida posible; al principio el dominio era absoluto y Serbia no encontraba la manera de frenar el ímpetu mexicana. Parecían seguir con ese pánico escénico ante un inmueble pletórico que no se cansó de apoyar a los suyos.

Ni Kolarov ni Ivanovic, los baluartes de su defensa, lograban ordenar la retaguardia, que terminó por moler a patadas a los mexicanos.

Pasó el tiempo y se regularon las acciones, pero más por las fallas en los pases y la falta de entendimiento mexicano que por el hecho de que los serbios consiguieran mediar las acciones. Si no era Milos Krasic, la ofensiva no caminaba ni generaba peligro para Talavera y compañía.

Fue Guardado el que por un instante se acercó con la oportunidad de marcar para México, pero su disparo apenas rozó el marco de sus rivales. México no propuso mucho más y con el paso de los segundos perdió esas ideas claras y contundentes. La presión en la salida de los serbios era su mejor arma y lograban el desquicio, pero nada más, no había llegadas, no había emociones.

Para el complemento, si el encuentro ya quedaba a deber, la salida de hombres como Giovani dos Santos y Pablo Barrera generó aún más dudas para el Tri. De repente se perdieron más las ideas y la gente lo entendió así. Los abucheos y la rechifla no tardaron. El grito de “Gallos, Gallos” retumbó en las gradas, señal de que la Selección no estaba dando el espectáculo deseado.

Serbia, por su parte, no se salió de su guión y únicamente con fuerza y a trompicones se acercaron a la meta de un Talavera relajado y expectante. Una sola ocasión de Bosco Jankovic fue lo más cercano.

Ya para el final, llegó un momento más de iluminación para los verdes, que con la garra de Hernández consiguieron un penalti, ejecutado por el del Manchester United para sentenciar el duelo y cerrar este 2011 con un triunfo más en el proceso de De la Torre, que al final será lo único rescatable: una victoria más a la estadística y poco futbol en Querétaro.