De lo limpio de la cancha a la opacidad fuera de la misma. Supuestas relaciones con el gobierno local, empresas de dudosa reputación y adeudos con futbolistas rodean a Cafetaleros de Tapachula, club Campeón del Ascenso MX que no obtuvo cupo en la Liga MX por incumplir los requerimientos de la Federación Mexicana de Futbol.

La primera sospecha en torno al Tapachula -del que se anunció ocuparía una plaza en el Ascenso MX en mayo del 2015- procede de una estrecha relación con el gobernador Manuel Velasco Coello. Todo gira en torno a quien fuera su secretario de Juventud, Recreación y Deporte, de nombre José Luis Orantes Costanzo, que es actual presidente de Cafetaleros y hermano de Gabriel Orantes Costanzo, que desempeñó ese cargo en los últimos 32 meses.

José Luis Orantes fue designado al cargo público en abril del 2015, un mes antes de la aparición de Cafetaleros. En diciembre del 2017 presentó su renuncia y casi de inmediato tomó las riendas club. Una de sus primeras decisiones fue regresar al banquillo a Gabriel Caballero, técnico que les dio el título del Clausura 2018.

Durante tres años, de mayo del 2015 al mismo mes de este año, Cafetaleros de Tapachula estuvo registrado ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI) por la empresa Círculo de Asesores Financieros en Negocios S.A. de C.V., con Josué Rosendo Navarro Díaz como su apoderado, pero el 8 de mayo del 2018 hubo un sospechoso cambio.

Nueve días después de quedar Campeones del Clausura 2018 ante Leones Negros, Cafetaleros apareció en su registro del IMPI con una nueva empresa, BAAX Sociedad Deportiva S.A. de C.V., y un nuevo apoderado, José Luis Orantes Costanzo, quien además de todo lo antes mencionado es sobrino de Ramón Salvatore Costanzo Ceballos, empresario y actual Consejero de la Judicatura del Poder Judicial del estado de Chiapas.

Tanto la empresa Círculo de Asesores Financieros de Negocios como BAAX Sociedad Deportiva carecen de información, portal web o cuentas de redes sociales oficiales; incluso, en el sitio del Ascenso MX, la página de los chiapanecos todavía aparece con el nombre de Estudiantes de Altamira, franquicia que fue cambiada para instalarse en Tapachula.

Otro detalle sospechoso atañe a la remodelación del Estadio Olímpico, que es propiedad del ayuntamiento y entró en el presupuesto de egresos del 2016 con el objetivo de ampliar el aforo de 11 mil a 21 mil espectadores para cumplir con los nuevos requerimientos de la FMF y poder ascender a la Liga MX.

Sumado a esto y según fuentes consultadas, Cafetaleros adeuda salarios a algunos jugadores, los cuales recibían sus pagos a través de depósitos bancarios o hasta en efectivo, sin tener claro a nombre de qué empresa salían sus salarios. Esto derivó en problemas para los futbolistas ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) porque no han podido hacer su declaración anual.

El 12 de mayo, Cafetaleros de Tapachulalogró en la cancha de manera clara e inobjetable su no consumado ascenso con goleada global de 7-2 a Alebrijes de Oaxaca, pero todos estos asegunes ponen a los chiapanecos en el ojo del huracán.