Son dos de los chicos que aprobaron el riguroso examen único practicado por Miguel Herrera, lo que les da la posibilidad de regresar.

La Selección Mexicana arranca la mini concentración de cara al amistoso del miércoles 5 de marzo contra Nigeria, en Atlanta. El camino a la XX Copa del Mundo cada vez es más reducido, la baraja de opciones también, por lo que Isaac Brizuela y Miguel Ponce saben que ha llegado la hora de jugarse su resto. Si terminan de convencer al Piojo, cristalizarán uno de sus más grandes sueños como futbolistas.

El Conejito describe la nueva oportunidad “como una motivación más, otro reto. Aunque ahora sólo vamos a estar los de [clubes de] México, hay que demostrar el mismo nivel en estos tres días, trabajar con intensidad y, si se dan minutos en el partido de preparación, aprovecharlos”.

Quince hombres reportan a las órdenes del carismático entrenador, quien utilizará lunes, martes y miércoles para pulir muchos detalles. El tiempo es el principal adversario del Tricolor; la ilusión de quienes lo integran, la principal arma.

Miguel Ponce empieza a convertirse en una opción por la lateral izquierda, y sentencia que peleará por ocupar un sitio en el diminuto avión teñido de verde, blanco y rojo que aterrizará en el gigante sudamericano a principios de junio.

“[Me siento] contento [por el nuevo llamado], pero hacer bien las cosas con el Toluca es lo que te da para ser convocado a la Selección”, dice el surgido en Chivas.