Ni siquiera el vuelo esplendente del águila garantiza estabilidad a los jugadores del América. El torneo de Copa, del que parecen ser los únicos interesados en obtener, significa una obligación para el equipo amarillo, so pena de sufrir drásticas consecuencias.

Así lo descubre el carrilero americanista Miguel Layún, quien para nada minimiza el certamen, pese a las bajas asistencias y la poca importancia que le han dado la mayoría de sus competidores. “Nos jugamos mucho y tenemos que salir campeones, porque si no obviamente tiene que haber consecuencias”, revela el futbolista.

“Creo que todos somos conscientes de que al ser obligación el título pueden venir muchas repercusiones”, añade y pone como ejemplo las medidas que los capitalinos vivieron en el pasado. “Hubo, hace un año, un cambio radical, como la salida de gente en el área directiva, en el cuerpo técnico e incluso jugadores, hubo un cambio importante”, rememora.

“Estamos conscientes de la responsabilidad que tenemos y sabemos que puede pasar cualquier cosa. Lo importante es brindarnos al máximo y luchar por ese campeonato que tanto se merece esta afición”, resalta convencido.

Entre las medidas que podrían golpear a los millonetas, si no se adjudican la Copa, podrían estar incluidas las “cabezas” de muchos jugadores, de ahí que no le resten importancia. “No sé, pero creo que estamos conscientes que en este equipo, al no ser campeón y al no lograr los objetivos, como en cualquier lado, las piezas que no funcionan tienen que ser movidas y así es esto. Se trata de una carrera con muchos altibajos y en un equipo tan importante es lógico que puede pasar”, reconoce.

“Aquí la Copa la ven con la misma exigencia que la Liga, es un trofeo que América tiene que conseguir. El equipo está diseñado para obtener títulos y todos los torneos que disputemos tienen que ser así”, alerta.

“No importa la difusión ni la situación que esté detrás del torneo. Tenemos que sacar un resultado positivo porque así es la historia de este club, que está para grandes cosas y depende de nosotros seguir con esa trayectoria. Nos inculcan salir campeones de cada torneo y la Copa no es la excepción”, refuerza.

Sonriente y bromista, su compañero Efraín Juárez intenta quitarle algo de dramatismo y antes de abandonar la salita de conferencias de Coapa, remata: “Qué bien lo manejaste, porque yo también tenía esa duda”.

Y es que ambos organizan un show delante de los reflectores: “Qué bonito, gracias por el compañerismo ¿Me vas a abandonar o qué?”, juega Layún cuando ve partir a Efraín y éste le responde: “Aquí estoy hermano, vine a preguntar por el corte [de cabello]” que transforma a Miguel en todo un águila mohicana.