Cd. Victoria, Tamaulipas.- El ser payaso es sinónimo de diversión, alegría y buen humor, pero ser payaso peleador en los rodeo o jaripeos es sinónimo de adrenalina acompañada de peligro en cada función, donde su labor principal no es hacer divertir a los presentes si no el salvar la vida de los jinetes.

Con 13 años de payaso peleador  Alejandro Juárez Posada alias “Polkas”,  maestro de educación especial y médico veterinario, comenta que ser payaso peleador ha sido una experiencia muy agradable, donde ha conocido amigos y viajado mucho, mencionó que gusto por la payaseada como así lo dice él, inicio cuando estudiaba veterinaria.

“En la facultad de Veterinaria nació mi gusto por ser payaso de rodeo porque en ese entonces aun existían las novateadas y el que payaseará pues no lo iban a novatear  esa fue mi principal causa y de ahí fue mi pasión, empecé payaseando en jaripeos de aquí de la ciudad”.

Indicó que como todo proyecto fue un poco difícil empezar a trabajar de payaso peleador, “ha sido un poco difícil porque cuando yo empecé nadie te apoyaba no te pagaban y pues  fue así conforme a mi trabajo me fui ganando la confianza y empecé a viajar  a Monterrey, Aguascalientes, San Luis y ahorita estoy viendo de que me den la oportunidad de Suazo Arena”.

Comentó que como todo deporte tiene sus riesgos y  el ser payaso peleador no está exento de accidentes, donde en los 13 años que tiene realizando solo ha sufrido tres accidentes “Solo 3 accidentes he tenido gracias a Dios, uno fuerte y dos leves el fuerte fue en Monterrey tuve una luxación en el tobillo con fractura de clavícula”.

Mencionó que su apodo “Polkas” proviene por su gusto al baile y que sus compañeros de CBTIS así lo bautizaron.

“Mi apodo de “Polkas”, empezó cuando estudiaba en el CBTIS,  como a mí me gustan mucho los huapangos no falto el que me pusiera de apodo el huapangos pero como estaba muy largo me pusieron el “Polkas”, de ahí empieza el apodo”.

El “Polkas”, menciona que su familia al principio no aceptaba  que se dedicará a tan riesgoso oficio por el peligro que representa.

“Como es un trabajo riesgoso de primero mi familia no aceptaba no le gustaba que por que era un trabajo muy arriesgado y pues muchos empresarios no lo valoran, es algo que no te deja un futuro es una pasión más que nada y pues lo que uno gana es de 800 a mil 500 pesos por espectáculos depende de carreras o de los circuitos que has andado”.

Añadió, “antes de iniciar cada rodeo primero que nada dar gracias a Dios, que me vaya bien, en varias ocasiones me ha tocado salvarle la vida a los jinetes, uno tiene que estar ahí atento para hacerles el quite con los animales con la habilidad de uno lograr que ellos salgan con vida”.

Finalizó diciendo “Lo jinetes la palabra que te dicen es gracias me has salvado y el abrazo sincero que te dan y pues adentro del no hay toro que intimide la adrenalina más que nada es la que te hace dar el valor  de estar dentro de un ruedo y miedo no hay ni para un jinete y ni para un payaso”.