Con una muy mala organización; comenzó lo que pinta ser debut y despedida del Primer Torneo Internacional de Motociclismo Extremo que organizó el Instituto Tamaulipeco del Deporte en conjunto con algunas empresas privadas de la capital y es que esta clase de emociones parece no gustarle a la afición victorense, ya que solo aproximadamente 700 personas se dieron cita, quienes no se encendieron ante las acrobacias de los Pilotos Infernales.

A pesar de los “cómodos” precios, que iban desde 50 pesos niños, hasta 250 pesos en adultos, el inmueble de Praxedis Balboa no se llenó y es que aunque demoraron las acciones una hora y media, para ver si llegaba más gente, estos nunca llegaron.

Con una pésima seguridad al ser menores de edad los que estaban vigilando los accesos y que ningún colado viera la exhibición de motociclismo, arrancó este evento sin presentarse al “jurado”, que calificaría a los pilotos, para ver quien se llevaba la primera etapa del supuesto serial.

Victoria fue la primera escala para que Sebastián Donoso (Ecuador), Julián Gómez (Colombia), Osvaldo Lomelí (México), Alejandro Cervantes (México) y Michel Fenollar, pilotos que en el papel han demostrado sus acrobacias en diversos puntos del país y en shows alrededor del mundo, pero en Ciudad Victoria no pudieron encender a los aficionados, por lo que ahora harán el Tour en busca de aplausos y ovaciones en los municipios de Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros para finalizar en Ciudad Madero.

Ni el Súper man, ni el Caballito, Backflip, Backflip Heelclicker, Cordova, Disco, Heeclicker, Holyman, entre otras acrobacias pudieron animar a los victorenses y es que está clase de exhibiciones no son muy comunes en Ciudad Victoria, las cuales tenían aproximadamente dos años que no se realizaban, al no contar con un escenario para esta clase de eventos.

Lo destrozaron

Aunque las rampas con las que estuvieron realizando sus acrobacias eran montables, nuevamente el Praxedis Balboa es maltratado por eventos de esta magnitud ya que está planeada su demolición y no muchos se preocupan por él.