El Athletic de Bilbao se ha impuesto por 1-0 al Valencia en el primer partido jugado a mediodía en San Mamés, un choque en el que Gorka Iraizoz se ha reconciliado con su afición y ha acabado decidiendo un gol de Iker Muniain antes de una retahila final de oportunidades de gol de los de Ernesto Valverde, a los que faltó acierto.

Muniain decidió el choque en el minuto 79 reventando el balón en un remate al palo largo desde la izquierda y aprovechándose de una jugada de Andoni Iraola desde la derecha, que dejó pasar Oscar de Marcos y fue mal despejada por Jeremy Mathieu.

No obstante, antes de ese tanto el jugador más determinante del encuentro había sido Gorka Iraizoz con tres espléndidas intervenciones al inicio del segundo tiempo ante el acoso de Sofhiane Feghouli, el más destacado de los suyos.

Y después del gol, la protagonista del choque fue la impericia visitante, que erró hasta cuatro buenas ocasiones de empatar. Especialmente increíble fue que no terminase el balón entre los tres palos de la portería local un remate de Roberto Soldado bajo palos a centro de Jonas.

Pero no acertó el Valencia y el fútbol lleva ya dos jornadas devolviendo lo que Marcelo Bielsa entiende que merecía con anterioridad a un Athletic que pone ya una distancia apreciable, ocho puntos, sobre unas posiciones de descenso a las que ha llegado a temer seriamente.

El Valencia, que mantiene puesto europeo en la tabla, no ha acabado de recuperarse del varapalo del pasado miércoles en París, pero sobre todo por el resultado, ya que el juego desarrollado le ha dado para marcar varios goles.

El partido resultó entretenido, muy disputado y hasta con jugadas polémicas en ambas áreas, como un derribo de Tino Costa a Aritz Aduriz y una mano en su área del propio ariete internacional.

Comenzó dispuesto y animado el Athletic, que merodeó pronto el área de Guaita con peligro y casi recibe el premio en el minuto 4 de un gol en propia puerta de Mathieu al que un despeje hacia su portería no le entró en la meta valencianista por centímetros.

Empujaba el Athletic por la banda izquierda, donde Ibai podía con Barragán, pero no llegaba a concretar ocasiones claras a pesar de la insistencia del extremo de Santutxu.

Pasado el cuarto de hora, el Valencia frenó el ímpetu a los locales, durmió un tanto un choque y metió el miedo en el cuerpo a la grada en el minuto 17 con un centro de Cissokho al que estuvo a punto de llegar Valdez.

Fue de lo poco que hicieron los visitantes en la primera parte, en el que se limitaron a lanzamientos lejanos sin peligro para un Iraizoz recibido con aplausos por su afición a pesar de lo mal que le trató en su última comparecencia en La Catedral.

En Athletic siguió a lo suyo y en cuento volvió a hacerse con el balón de nuevo le buscó las cosquillas a un defensa que perdió a la media hora a Víctor Ruiz, por lesión. Lo que permitió a Albelda jugar en su última visita de su equipo a San Mamés.

Ibai a punto estuvo de superar en un uno contra uno a Barragán al borde del área en el minuto 24, a pase de San José, y en el 35 mandó al larguero un golpe franco escorado la derecha.

Un minuto antes pareció claro, y hasta inocente, un penalti por agarrón de Tino Costa a Aduriz al borde del área y con el ariete local de espaldas a portería. Un libre directo que le salió desviado a Parejo dio paso al descanso.

Los diez primeros minutos del segundo tiempo fueron casi un duelo entre Feghouli e Iraizoz, que se reconcilió definitivamente con la grada con tres paradones. Especialmente meritorios los dos primeros, a un disparo del francés desde la frontal y a un rechace que Aurtenetxe casi introduce en su propia meta.

Un centro al que no llegó por poco Valdez y un disparo colocado también respondido por el portero navarro completaron el festival de Feghouli en apenas diez minutos.

Aunque frenaron ahí su ímpetu en el arranque de la segunda mitad los de Valverde, el choque era muy diferente al de la primera parte, más en la línea de lo que querían los che.

En esa dinámica, Muniain, ya en el último cuarto de encuentro, se encontró con un balón en la frontal, se la acomodó bien pero finalizó con un disparo muy flojo.

Un par de lanzamientos sin éxito de Piatti y un durísimo golpe franco directo de Parejo que detuvo Iriazoz, no sin complicaciones, precedieron al gol de Muniain. El pequeño extremo internacional seguro que se acordó de su deficiente disparo anterior y le dio al balón con todo el alma para dar a su equipo un triunfo que ya no soltó ni a pesar del asedio final visitante, al que le falto acierto en hasta cuatro claras ocasiones de gol. Una de ellas, increíblemente fallada por Soldado.