Una jueza de hacienda del estado brasileño de Río de Janeiro suspendió hoy provisionalmente la concesión del modernizado estadio Maracaná, cuya gestión por 35 años fue cedida la víspera a un consorcio privado del que forma parte el magnate brasileño Eike Batista, informaron fuentes judiciales.

La jueza novena de hacienda pública de Río de Janeiro, Gisele de Faría, concedió un recurso solicitado por el Ministerio Público para impedir que el contrato de concesión sea suscrito hasta que la justicia se pronuncie sobre la licitud del proceso.

El recurso provisional prohíbe al gobierno de Río de Janeiro firmar cualquier contrato referente al proceso de concesión hasta que la justicia se pronuncie sobre una demanda en la que el Ministerio Público cuestiona la licitud de la privatización.

El consorcio integrado por IMX, una de las empresas controladas por Batista, la constructora Odebrecht y la compañía estadounidense AEG había sido anunciado la víspera como vencedor de la licitación para administrar el Maracaná a partir del 2 de junio, cuando se disputará un amistoso entre Brasil e Inglaterra, que será el primer partido de importancia desde la inauguración de las obras de modernización a las que el estadio fue sometido.

El consorcio, liderado por el grupo Odebrecht (90 %) e integrado por IMX (5 %) y AEG (5 %), ofreció por la concesión 181.5 millones de reales (unos 90,7 millones de dólares) en 33 cuotas anuales.

La jueza aceptó el alegato del Ministerio Público según el cual el proceso de privatización carecía de transparencia debido a que la firma IMX hizo el estudio que determinó el modelo de concesión.

El recurso judicial cuestiona la autoridad de la gobernación de Río de Janeiro para conceder a una empresa privada el derecho a gestionar los escenarios deportivos en el entorno del Maracaná.

Ello debido a que la licitación determina que el concesionario tiene que hacerse cargo por una serie de obras calculadas en 594 millones de reales (unos 297 millones de dólares) y que prevén, entre otras exigencias, la construcción en el entorno del estadio de un estacionamiento, de áreas de entretenimiento y de dos museos, uno dedicado al fútbol y otro al movimiento olímpico.

Para ello el gobierno autoriza al concesionario a demoler varios edificios vecinos, entre ellos una escuela, una pista de atletismo y dos piscinas olímpicas, lo que ha generado protestas.

El gobierno de Río de Janeiro ha invertido hasta ahora cerca de 1.120 millones de reales (unos 560 millones de dólares) en la reforma integral del estadio de 1950 para adecuarlo a las exigencias de la FIFA para la organización del Mundial de fútbol de 2014.

El Maracaná recibirá siete partidos del Mundial, entre ellos la final, y además tres de la Copa Confederaciones del próximo junio, incluyendo el partido decisivo.

En el estadio se harán también las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos del 2016 y será la principal sede de los partidos de fútbol.