Penalizado por un arbitraje infame en la primera mitad, en que la que además el Athletic le arrolló con dos goles en tres minutos, el Barcelona deberá remontar en el Camp Nou para mantener sus esperanzas de conquistar una Copa que se le puso cuesta arriba.

Le faltó tiempo al final, jugando contra nueve jugadores y volcado sobre la meta de Gorka, pero le pesó, demasiado, lo ocurrido anteriormente.

El campeón cedió su primera derrota después de 21 partidos jugados bajo el mando de Luis Enrique, que sumaba hasta esta noche 17 victorias y 3 empates para conquistar dos títulos consecutivos.

Le pesó al Barça encajar dos goles con apenas tres minutos de diferencia antes de llegarse a la media hora en una primera mitad que comenzó sufriendo, se tranquilizó y acabó por desesperarse, arrollado por el Athletic primero y alucinado por el árbitro después, quien no vio una agresión de Aduriz a Umtiti (disculpable) y dejó sin señalar un penalti clarísimo a Neymar rozándose el descanso que hizo perder los nervios a los futbolistas de Luis Enrique.

Ter Stegen encajó dos goles en tres remates a puerta. El primero tras una pérdida de Iniesta que acabó con el cabezazo de Aduriz a quemarropa. Cuando aún intentaba recuperar las sensaciones el Barcelona, otra pérdida (esta aún más grave) de Jordi Alba acabó con el balón en pies de Iñaki Williams, que sorprendió a todo el mundo con un obús al que no pudo responder el meta alemán.

28 minutos y 2-0. Media hora de juego y el Athletic disfrutando en la misma medida que sufría un Barça desconocido. No por jugar bien o mal, sino, simplemente, por parecer un convidado de piedra a la fiesta de los leones.

Tardó 44 minutos, de hecho, en rematar entre palos el equipo azulgrana en un disparo de Neymar que rechazó Gorka, ya después de la agresión de Aduriz a Umtiti y antes del penalti que no quiso señalar el árbitro. Y así acabó la primera mitad de un partido caliente como pocos imaginaron.

MESSI…

Messi apenas había aparecido en el primer acto. Desconectado el ataque azulgrana, con un Suárez especialmente desafortunado y un Neymar muy castigado, Leo no entró lo necesario en juego por el gran desempeño coral del Athletic.

Pero Messi es… Eso. Sin necesidad de completar una exhibición, el argentino es capaz en cualquier circunstancia de hacerse ver a lo grande. Y más cuando lo necesita, a gritos, su equipo. Así ocurrió a los 52 minutos, cuando el Athletic empezaba a sentirse cómodo y la urgencia llamaba al Barça.

Una falta que todos esperaban centrada la colocó Leo con maestría para superar a Gorka. Y el arrebato del equipo barcelonista desde ahí, resucitado por su crack, ya fue inmediato.

… Y NEYMAR

Al Athletic empezaba a faltarle el aire en la misma medida que la rabia catapultaba al Barça, que se adueñó del partido y provocó que las amonestaciones vistas por protestar dieran paso a otras por la dureza.

Y ahí el capítulo lo protagonizó Neymar, quien provocó primero la expulsión de Raúl García y después de Iturraspe, lo que condujo al equipo de Valverde a acabar el partido con 9 jugadores, entregados en la lucha y más exigidos de lo que pudieron imaginar.

Messi tuvo en sus botas el 2-2 en el ataque ya sin cuartel de un Barcelona al que la superioridad numérica volcó sobre la portería de Gorka, arropado por sus 8 compañeros y sufriendo de mala manera por mantener esa mínima ventaja con la que poder aspirar a clasificarse en la vuelta.

Lo consiguió el Athletic, todo corazón, y le demostró al Barcelona que deberá pelear más si cabe en el Camp Nou para darle la vuelta a una eliminatoria que se le puso, contra todo pronóstico, en contra… Con un remate final, en el minuto 93, de Messi al palo.