En una noche donde el pitcheo fue la carta de presentación de los boricuas, Puerto Rico venció por knock-out 11-0 a su similar de Venezuela, quien sólo pudo conectar 3 hits en todo el partido y se vio ampliamente superado sobre el diamante del Estadio de los Charros de Jalisco, en lo que fue el segundo juego del Grupo D en el Clásico Mundial de Beisbol.

Puerto Rico dio un manotazo sobre la mesa, demostrando que tienen sed de venganza, tras haber quedado Subcampeones en la edición pasada del torneo, misma que se disputó en 2013.

Los grandes bates de Venezuela fueron completamente silenciados, mientras que el bateo oportuno de los boricuas se comportó a la altura de las circunstancias, con unos Carlos Correa y Yadier Molina que se echaron el equipo al hombro en la sexta entrada, tras conectar un home run cada uno y elevarla ventaja de su equipo a 5-0.

La apertura del ‘Rey’ Félix Hernández no fue lo que esperaba el manager Omar Vázquez, ya que lanzó 2.2 entradas y permitió dos carreras, una de ellas limpia, dos hits , otorgó dos bases por bola y sólo ponchó a tres bateadores.

Por el contrario, el abridor de puerto Seth Lugo lanzó 5.1 entradas, en las que sólo permitió un hit, no dio chocolates y obtuvo tres ponches, teniendo que salir del juego por la regla del Clásico Mundial de Beisbol, en la que un abridor no puede lanzar más de 65 envíos al plato durante un partido de primera ronda.

La séptima entrada fue un festín para Puerto Rico, ya que consiguieron seis carreras, mismas que les llevaron a finalizar el partido por la ley de misericordia del Clásico Mundial, misma que consiste en que un equipo se declara vencedor si el otro ya bateó, por lo menos, siete entradas y la ventaja es de 10 o más carreras.